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OFENSIVA TERRORISTA

"Cortaremos las cabezas del terrorismo"

"Cortaremos las cabezas del terrorismo", prometió ayer a gritos el ministro de Exteriores israelí, Benjamín Netanyahu, en el cementerio de Yarkon, a las puertas de Tel Aviv, en el transcurso del entierro de los niños Nay y Dvir Anter, de 12 y 14 años, asesinados el pasado jueves en un atentado suicida en Mombasa (Kenia). A la misma hora era enterrada en el camposanto cercano de Raanan la tercera víctima mortal, Albert de Haville, de 60, guía turístico, oriundo de Marruecos.

El cortejo fúnebre de los dos pequeños hasta el cementerio de Yarkon había partido del domicilio de los abuelos, un humilde apartamento de la calle Byalik, en el barrio ultraortodoxo de Beni Brak, donde esta familia oriunda de Egipto vivía desde hacia 20 años. Las paredes del barrio amanecieron ayer llenas de esquelas de los pequeños en las que se recordaba que habían sido "asesinados por los hijos del diablo, sedientos de sangre, en Mombasa".

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Al finalizar la ceremonia, a la que asistieron miles de personas, el padre, Rami, de 41 años -su esposa, Ora, de 38, y su hija Adva, de 9, se encuentran recuperándose de las heridas en el hospital-, se dirigió a la multitud pidiendo que dejaran de llorar, porque "toda la prensa está presente, el mundo nos contempla y esto va a darles más razones a los palestinos y a los terroristas para asesinarnos".

A la misma hora, un helicóptero israelí lanzó un misil contra un coche, cerca de Gaza, en una operación destinada a asesinar a tres militantes de Yihad Islámica. Los pasajeros del vehículo lograron ponerse a salvo antes de que el coche fuera destruido. Este ataque frustrado se produjo después de una trágica incursión israelí en la localidad cercana de Beit Lahia, un feudo de Hamás, en el que las tropas destruyeron tres casas y mataron a dos palestinos. La operación se inició a las doce de la noche y finalizó al alba, dejando una población atemorizada, que había pasado la noche en vela, enclaustrada en sus casas, escuchando las ráfagas de las metralletas y las explosiones.

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