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Reportaje:LA REGULACIÓN DE LAS PAREJAS DE HECHO

Sin todas las de la ley

Ramón y José podrán acoger a un menor o acceder a una vivienda de protección oficial como pareja con la nueva norma

Tereixa Constenla

La Ley de Parejas de Hecho es para todas. Las formadas por lesbianas, gays y heterosexuales. Sin embargo, son las parejas del mismo sexo las que, simbólicamente, se identifican como las principales beneficiarias por una razón elemental: esta legislación le abre la puerta a unos derechos (limitados a los de competencia autonómica) a los que no pueden acceder de ninguna otra manera. Una pareja de heterosexuales puede elegir casarse -y obtener los beneficios ya estipulados que conlleva- o no. Una pareja de lesbianas no puede elegir entre ambas opciones. Ni una pareja de gays, como la que forman Ramón Hernández, de 42 años, y José Guerrero, de 38, desde hace tres años.

Viven juntos desde que se conocieron en Granada. Su historia sentimental está plagada de hitos semejantes a los de millones de parejas. Tuvieron tan pocas dudas que, poco después de encontrarse, José Guerrero hizo lo que nunca antes había hecho: le anunció a su madre durante un paseo que había encontrado a la persona con la que compartiría su vida desde entonces. De paso le dijo que era homosexual.

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Ramón está tan plenamente integrado en su familia "política" que se dirige a la madre de su pareja como "suegra". Y tienen un proyecto de vida tan claro, que uno de ellos renunció a su trabajo y su entorno familiar para seguir a su compañero cuando se mudó a San Fernando (Cádiz). Sin embargo, no pueden adoptar un hijo como pareja, ni hacer la declaración de la renta conjunta ni podrían heredar en caso de fallecimiento. "De hecho somos un matrimonio, lo único que pedimos es que la ley refrende la realidad", reclamaba Ramón en Sevilla el jueves, al día siguiente de que el Parlamento autonómico aprobase la ley.

Sólo el Gobierno tiene potestad para permitir el matrimonio civil entre parejas de igual sexo, que es el gran caballo de batalla de los colectivos de gays y lesbianas. La norma autonómica, sin embargo, les alegra. Sabemos del esfuerzo legislativo que se ha hecho", comenta Guerrero. Gracias e ello, la pareja, registrada como tal en el Ayuntamiento de Granada, podrá optar a una VPO en igualdad de condiciones que un matrimonio si lo desea. O acoger a un menor: "En un futuro se puede dar".

La sucesión biológica es una de las grandes frustraciones de Ramón Hernández. No tener hijos y no convertirse en un gran bailarín. En el futuro tal vez se libre al menos de una, dice con humor en alusión a la adopción, "si no se me niega jurídicamente algo que se me niega biológicamente". No esconde que el acogimiento le produce reservas por su carácter temporal, igual que a su pareja: "Luego nos produciría una gran pena pensar que tendría que irse".

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Ambos tienen claro que se casarían con todas las de la ley en el momento en que se les abriese la puerta al matrimonio civil, pero han reflexionado menos sobre la posibilidad de ampliar su familia con un hijo. "No lo hemos hablado tanto, pero no damos por cerrado ni siquiera la adopción", expone Ramón.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Lisboa desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera en Andalucía. Es autora del libro 'Cuaderno de urgencias'.

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