Los expertos piden más recursos para prevenir la violencia escolar
La Fundación Santillana concluye sus jornadas educativas
La escuela absorbe los problemas que se dan en la sociedad, por eso, la violencia en las aulas ha de entenderse como un reflejo del clima de convivencia social, especialmente difícil en algunos países. Pero la escuela debe ser, además, el escenario desde el que combatir y prevenir la aparición de conflictos para evitar que se repitan generación tras generación. Para ello habrá de contar con "los recursos profesionales, asistenciales y de orientación que sean necesarios". Estas han sido algunas de las conclusiones de las jornadas que ha celebrado la Fundación Santillana sobre Educación para la convivencia democrática.
"La tolerancia y el diálogo son los valores que pueden asegurar la paz, como se pone de manifiesto en aquellas sociedades que viven en sistemas de convivencia verdaderamente democráticos". Pero no todos los países disfrutan de políticas que garanticen la igualdad ni tampoco aquellos en los que la democracia es indiscutible se libran de situaciones conflictivas en el seno escolar.
Los expertos que han participado en esta semana monográfica sobre Educación y convivencia democrática que acaba de concluir en la Fundación Santillana, han dejado patente la necesidad de asegurar una formación en valores que prevenga conflictos. Pero también son conscientes de que hay que atacar males endémicos como la pobreza y las desigualdades sociales, de los que la escuela se hace eco, en ocasiones de forma dramática.
Para "formar ciudadanos", en estos momentos en que "se percibe por todas partes una profunda crisis cívica" la escuela "debe contar con todos los recursos profesionales, asistenciales y de orientación necesarios", concluyeron.
"La mayoría de los profesores en España, algunos de los cuales sufren la violencia escolar, están preparados, sin duda alguna, para afrontar una educación en valores que favorezca la convivencia", señaló el director de estas jornadas, Ricardo Díez-Hochleitner, quien afirmó, además, que la formación no depende sólo de los docentes, sino que "debe ser una responsabilidad compartida entre todos, donde también la familia, empresas, agentes sociales y administración tienen mucho que aportar".
Y también las universidades, coincidieron los expertos, tienen la misión esencial, como centros generadores de conocimiento, de anticiparse y organizar estrategias que conduzcan a la "formación de una ciudadanía activa como primer valor de la educación verdaderamente superior".
Entre las conclusiones que se extraen de estas jornadas educativas cabe mencionar, además, la necesidad de mantener un equilibrio entre el respeto a las identidades propias de cada comunidad y los excesos que en nombre de ella puedan cometerse. "Ese equilibrio es la esencia de la educación para la convivencia democrática", se recoge en las conclusiones.
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