La generación de residuos urbanos ha aumentado un 66% en los últimos diez años

El Gobierno vasco tiene entre sus objetivos que se generen menos residuos, pero sus propósitos no concuerdan con la realidad. En el periodo 1990-2001 la generación de residuos urbanos ha aumentado un 66% y la de industriales peligrosos un 12% entre 1994 a 2000. Pese a este notable incremento, la tasa de residuos urbanos por habitante en Euskadi (478 kilos) no alcanzan la media europea (540 kilos). Estos datos están recogidos en el estudio Indicadores Ambientales realizado por el Gobierno vasco. En el trabajo se observa una tendencia favorable en la calidad del aire, del agua y del suelo y desfavorable en la generación de residuos, el consumo de recursos y las emisiones de gases.

Estos datos fueron presentados ayer de la tarde en Bilbao por el consejero de Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, y por Peter Bosch, de la Agencia Europea de Medio Ambiente. El estudio sobre los Indicadores medioambientales es un radiografía que ha elaborado el Gobierno vasco sobre la actual situación de la comunidad autónoma en esta materia. El Ejecutivo, afirmar haberse "desnudado" en este diagnóstico, que espera que sea una referencia para acometer políticas de mejora del medio ambiente. La idea del departamento de Intxaurraga es que este estudio se realice anualmente.

En el caso de los residuos, el Gobierno se ha propuesto cortar a progresivamente la línea ascendente. Así, apuesta por mantener en 2012 la generación en el mismo nivel del pasado año. Para los residuos industriales peligrosos el propósito es que en 2006 no superen el nivel alcanzado en 2000. Del total de residuos que se generan en el País Vasco un 23% procede de la construcción y demolición, un 34% son agropecuarios, un 16% urbanos, un 23% industriales no peligrosos y un 4% industriales peligrosos.

Riesgos ambientales

Otro indicador no positivo en Euskadi es el de riesgos ambientales. En este concepto el departamento que dirige Intxaurraga incluye los accidentes industriales, los de transporte y los desastres naturales que se pueden ver agravados por la acción humana. Entre 1995 y 2001 ha habido un incremento constante. Mientras en 1996 se registraron 36 incidencias, en 2000 se produjeron 64. Los accidentes más graves se originaron por derrames y por incendios. El objetivo del Gobierno pasa por mejorar la prevención y coordinar la vigilancia.

La calidad del agua mejora ligeramente; sin embargo, los datos son aún deficientes. En lo que se refiere a los ríos, la calificación de "mala calidad", que en 1998 tenían el 58% de los cauces, afecta al 45% en 2001, y la "buena" ha subido del 20% al 30%. En las costas también se ha mejorado ligeramente: las estaciones de muestreo no contaminadas fueron el 25% en 2001 frente al 18% de 1998.

Aunque la calidad del aire también ha mejorado, tanto en partículas en suspensión como en los gases emitidos, las emisiones de productos ácidos subieron un 2,2% de 1990 a 2000, y las de gases de efecto invernadero, un 25%. En cuanto al consumo de recursos naturales, todos los datos del informe son bastante negativos. El gasto en agua es un 18% superior que hace cuatro años. En energía, el consumo ha aumentado en el último decenio un 23%.

Por su parte, la diputada de Medio Ambiente y Acción Territorial de Vizcaya, María Esther Solabarrieta, señaló ayer en otro acto que este territorio es pionero en la evaluación de determinados parámetros ambientales de sostenibilidad y cumple dichos indicadores. En comparecencia pública, Solabarrieta confirmó que Vizcaya "va en muy buena dirección" en esta materia, aunque matizó que se debe seguir mejorando. En concreto, la diputada de Medio Ambiente se refirió a la necesidad de disminuir el consumo de energía eléctrica y sustituir las energías no renovables por otras limpias.

Además, indicó que es necesario frenar el aumento del suelo urbano, que en los últimos siete años ha pasado de representar el 2,95% del territorio al 4,26% y se mostró preocupada por el bajo grado de ocupación de las viviendas, que se sitúa en 2,5 personas de media. "Desde la sostenibilidad, se trabaja en el uso del suelo y, por tanto, en la minimización en el número de viviendas desocupadas en los municipios de Vizcaya", subrayó Solabarrieta.