Un estudio fija el rumbo para integrar la investigación europea en ciencias marinas

Las ciencias marinas se han desarrollado tanto en las últimas décadas que ahora abarcan muchas áreas que a primera vista no resultan obvias y cuya interrelación resulta a veces oscura para los profanos. Como última frontera, los océanos están tan poco regulados y desarrollados todavía que son fuente de problemas y de sorpresas a la vez. Temas como el cambio climático, el comercio, la contaminación, la energía o la explotación de recursos naturales añaden a su gran actualidad su fuerte componente marino. Además, la investigación marina y lo que ésta produce, aparte de su interés científico, tiende a tener gran importancia práctica, como se demuestra, por ejemplo, cada vez que se produce un importante vertido de petróleo como el sufrido recientemente en Galicia por el naufragio del buque Prestige o cuando desaparece una especie comercial por sobreexplotación.

Sobre esta base, el Consejo Marino de la Fundación Europea de la Ciencia ha elaborado el primer estudio destinado a avanzar en la integración europea de la investigación en ciencias marinas, como una contribución más al soñado Espacio Europeo de Investigación. Este consejo está formado por representantes de 24 organizaciones de investigación marina de 17 países europeos y en su informe sugiere prioridades y hace recomendaciones sobre el rumbo a seguir en los próximos años para hacer más eficiente y productiva la investigación marina. Por parte española participan el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Instituto Español de Oceanografía.

Para Enric Banda, secretario general de la ESF, es de importancia vital para Europa jugar un papel activo en los asuntos oceánicos globales y el estudio representa una brújula para que los programas europeos, tanto nacionales como comunes, naveguen un rumbo común y permitan la integración de las políticas europeas de pesquerías, de explotación sostenible de los recursos marinos naturales y de manejo de las regiones costeras y oceánicas.

Los autores del estudio Insisten especialmente en la coordinación de científicos y de infraestructuras de investigación para evitar duplicar recursos en Europa y en la necesidad de hacer de la cooperación con los países en desarrollo un objetivo principal de los programas de investigación, sobre la base de que es preciso aplicar, en Europa y fuera, los principios de desarrollo sostenible y de precaución.

Recuerdan que en los últimos 10 años se han hecho atractivos descubrimientos en aguas oceánicas europeas, como los de nuevos ecosistemas y formas de vida, fuentes termales submarinas, depósitos enormes de metano en formas de hidratos de gas y otros, que pueden resultar importantes en el futuro en áreas como la biotecnología o la energía.

Para sus objetivos, los expertos dividen las ciencias marinas en siete grandes áreas y efectúan recomendaciones en cada una de ellas. Estas áreas son Aspectos europeos y sociales; Recursos marinos naturales; Zonas costeras y plataformas costeras; Interacciones y retroalimentación climáticas oceánicas; Nuevas fronteras en las ciencias marinas; Tecnologías clave e Infraestructuras de investigación.

Sumergibles y sensores

En este último apartado se recomienda la disponibilidad de una flota oceanográfica con sus correspondientes vehículos sumergibles, considerada básica para la ciencia en el mar. También se resalta la necesidad de que se mejore la capacidad de observación del océano desde satélites, en especial para recoger datos sobre el cambio climático. En cuanto a la tecnología, se recuerda que los sensores miniaturizados son esenciales para observar y comprender los procesos en los ecosistemas marinos y que resulta imprescindible disponer de financiación a largo plazo para observatorios oceánicos a escala europea. También se recomienda la colaboración con las plataformas petroleras y de gas en alta mar para aprovechar su infraestructura.

En la interesante área de las fuentes termales a gran profundidad, por ejemplo en las dorsales oceánicas, un campo en el que Estados Unidos está invirtiendo sustanciosos recursos, los expertos recomiendan desarrollar y perfeccionar nuevas tecnologías de observación y muestreo en el océano profundo así como técnicas de cultivo de organismos procedentes de estos ambientes extremos. Y en lo relativo a la pesca, las recomendaciones son, entre otras, pasar del estudio especie por especie al estudio de ecosistemas e investigar en acuicultura, tanto para obtener mejor productividad y calidad como para reducir su impacto ambiental.