La Fundación Santillana analiza la educación como garante de la democracia

Contribuir eficazmente al progreso y a la paz es la gran tarea que debe abordar la educación en la actualidad. Para ello se precisan hombres y mujeres formados y sistemas educativos que no den un paso atrás. Así lo puso de manifiesto ayer Jesús de Polanco, presidente de la Fundación Santillana, que este año ha organizado su semana monográfica bajo el título Educación para la convivencia democrática.

Numerosos expertos, entre los que se encuentran ministros y viceministros de Educación de Latinoamérica, se han reunido estos días en Madrid para debatir sobre "las carencias e innumerables desafíos que deben afrontar los gobiernos para que la educación abra las puertas a la convivencia democrática", en palabras del secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos, Francisco Piñón.

"La democracia es la gran conquista indeclinable de la humanidad y la educación permanente en valores, contenidos, hábitos y actitudes a lo largo de toda la vida, es el mejor medio para hacer realidad la indispensable convivencia democrática", afirmó ayer Jesús de Polanco. El presidente de la Fundación Santillana recordó "las nuevas amenazas a la estabilidad mundial, agravadas ahora con el terrorismo a nivel internacional, que trastocan aún más el horizonte de paz y bienestar hacia el que el mundo parecía encaminarse tras la guerra fría".

Las cotas de inseguridad y violencia que sufren hoy numerosos países reclaman de la educación nuevos pilares donde asentar un futuro más prometedor, como pusieron de manifiesto algunos de los participantes en estas jornadas. Belisario Betancur, ex presidente de Colombia y presidente de la Fundación Santillana para Iberoamérica puso de ejemplo la situación que atraviesa su país y cómo una eficaz política educativa es la única esperanza para que las nuevas generaciones den un vuelco a la situación.

El director de esta semana monográfica, Ricardo Díez Hochleitner, expresó la necesidad de "dar un salto de calidad en términos de democracia anticipatoria que permita prever soluciones alternativas a las grandes convulsiones que pueden llegar a producirse a medio o largo plazo si no se pone antes un remedio eficaz".

Díez Hochleitner lamentó la violencia que sufren millones de personas y que "se hace cada vez más presente en las aulas de los centros educativos". Por ello, dijo, "es clave una educación interdisciplinaria y es esencial el papel de las universidades y de la educación básica universal a la que ha de seguir un bachillerato técnico de calidad". Exigió una "educación permanente que prevenga el egoísmo, la ignorancia y la intolerancia y que invite a la convivencia en libertad".

La semana monográfica, que concluirá el viernes, contará con la participación, entre otros muchos, de la presidenta de Acción Africana contra el Sida y de Seguridad Alimentaria en África, Ruth Bamela Engo-Tjega; del ministro de Educación y Cultura de Uruguay, Antonio Mercader; del ministro de Cultura de Brasil, Paulo Renato Souza; del Defensor del Pueblo, Enrique Múgica; del ex director de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, y de otros expertos en educación y convivencia como Álvaro Marchesi, Víctor Pérez Díaz, José María Martín Patino o Thorvald Stoltenberg.