"Muchos profesores se van a la empresa privada porque paga más"

Ludmila Verbitskaya es una de las tres únicas rectoras de las 560 universidades públicas rusas. Gobierna desde 1994 la Universidad de San Petersburgo, la más antigua de Rusia (la fundó Pedro I el Grande en 1724) y, junto a la de Moscú, la más importante (35.000 alumnos, 4.200 profesores, 128 titulaciones). La rectora de este centro -en el que estudió el presidente ruso, Vladímir Putin- es profesora de Filología en activo y ha visitado España junto a los 20 decanos de su universidad en busca de acuerdos de colaboración investigadora y de intercambio de alumnos y profesores con varias universidades españolas. La visita estuvo organizada por la Embajada de Rusia a través de la Fundación Puskin.

"No me gusta la prueba de selectividad, como la española, y espero que no se implante"

"En Rusia no hay intervención del Estado en la selección de los profesores"

Pregunta. Rusia está, como España, reformando algunos aspectos de su sistema educativo, como el acceso a la universidad.

Respuesta. Sí. La mitad de los distritos federales realizarán de forma experimental a mediados del año que viene una prueba de selectividad similar a la que van a suprimir en España. A mí no me gusta la idea, creo que es muy difícil de organizar y espero que no se implante definitivamente. También se va a experimentar la prolongación por un año más de la educación secundaria, de forma que los estudiantes entren a la universidad con 18 años, y no con 17, como ocurre ahora.

P. ¿Está garantizada en Rusia la independencia de las universidades?

R. No puede haber independencia porque el Estado financia a la universidad. Pero claro que hay autonomía, sobre todo en las universidades de San Petersburgo y Moscú, que trabajan con sus propios planes de estudio.

P. ¿Cuáles son las titulaciones más importantes en la Universidad de San Petersburgo?

R. Este año las titulaciones más demandadas son Medicina, Psicología, Periodismo, Relaciones Internacionales, Derecho y Economía. Las carreras de Ciencias han aumentando su prestigio respecto a años anteriores.

P. ¿Están reconocidos sus títulos en otros países?

R. Sí; la calidad de nuestra educación es tan alta que en cualquier lugar del mundo se convalidan los títulos de la Universidad de San Petersburgo. Todavía no existe un convenio que permita la homologación de los títulos universitarios rusos en los países de la Unión Europea, pero estamos trabajando para ser la primera universidad de Rusia en incorporarse al proceso de Bolonia.

P. ¿Qué proceso siguen los estudiantes rusos para entrar en la universidad?

R. Cada centro selecciona a sus alumnos a través de un examen de ingreso, que se divide en tres o cuatro pruebas, según la facultad. Los estudiantes que no aprueban los exámenes de ingreso, pero pueden pagar su educación, tienen la opción de entrar en la universidad con un único examen, siempre que la facultad cuente con recursos técnicos para admitirles.

P. ¿Se quedan muchos alumnos con ganas de estudiar en San Petersburgo?

R. No muchos. Este año en Medicina, la facultad con más demanda, se presentaron ocho solicitantes por plaza. En otras facultades, como la de Matemática Aplicada, la proporción fue de cuatro a uno. Algunos estudiantes se presentan tres o cuatro años seguidos, hasta que consiguen entrar, y mientras tanto trabajan. Otros aprovechan la nota obtenida en el examen de ingreso para acceder con facilidad a otra universidad.

P. ¿Es para ustedes una prioridad la política de becas para estudiantes?

R. Sí, en Rusia los alumnos no pagan nada por su educación, lo paga todo el Estado. Los que obtienen buenas notas -notable o sobresaliente- disfrutan de una pequeña beca. Y los que obtienen malas notas pero no tienen otros ingresos, reciben una beca social. Además hay becas residenciales, para favorecer la movilidad, y ayudas de distinto tipo, gubernamentales y autonómicas.

P. ¿Qué procedimiento siguen para seleccionar a los profesores?

R. La universidad selecciona a los mejores candidatos a través de una oposición. Normalmente, preparamos nosotros mismos a nuestros profesores. Los mejores estudiantes se quedan a trabajar en la universidad cuando terminan su doctorado. El problema que tenemos hoy día es que es muy difícil atraer a los profesores a la universidad. Muchos se van a la empresa privada porque paga más.

P. ¿No hay intervención del Estado en la selección del profesorado?

R. No, no la hay y no puede haberla. Por ejemplo, nosotros acabamos de inaugurar la titulación de Conflictología, ¿quién va a examinar a los profesores si hasta ahora no existía la especialidad? Tenemos el mejor nivel de matemáticas del mundo, así que ¿dónde vamos a encontrar a los que examinen a nuestros candidatos?

P. ¿Cómo son las universidades privadas en Rusia?

R. En la actualidad hay cerca de 1.000 universidades privadas, todas ellas surgidas en los últimos ocho o nueve años. Los centros privados son muy pequeños, algunos sólo tienen 100 o 200 alumnos, y suelen trabajar en áreas muy concretas, como Dirección de Empresas, Derecho y Lenguas Extranjeras, los títulos más demandados. Ninguna de ellas desarrolla carreras científicas como Biología o Geología.

P. ¿Qué procedimiento siguen las universidades públicas para elegir a sus rectores?

R. Las universidades sólo escogen a sus rectores desde 1993. Los eligen los empleados. La mitad de los votos corresponde a los miembros del claustro, que en nuestro caso son 125 profesores, y la otra mitad a representantes de todos los departamentos de la universidad, incluidos profesores, técnicos, bibliotecarios o personal de servicios. Cuando se presentan tres o más candidatos, se realiza una primera vuelta para seleccionar a dos candidatos finales.

P. Respecto a la solución que dio el presidente Putin al secuestro del teatro de Moscú por parte del comando checheno, ¿qué postura mantuvo la comunidad universitaria rusa?

R. En Rusia vivimos en una sociedad democrática y cada uno reacciona del modo en que cree oportuno. Personalmente creo que no había otra salida, no se podía ceder a las exigencias de los terroristas. No ha habido ninguna declaración oficial de las universidades rusas. Todo fue correcto. Tal vez en otros países lo hayan percibido de un modo incorrecto.