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Entrevista:MANUEL MORENO ALONSO | Historiador

"La Generación del 98 es una invención"

El historiador Manuel Moreno Alonso (Sevilla, 1951) está a punto de publicar un nuevo libro sobre José María Blanco White. Sevilla Napoleónica, Las Cortes de Cádiz y La literatura del desastre (libro sobre la Generación del 98) son títulos que muestran los variados intereses de sus investigaciones.

Pregunta. Vuelve a escribir sobre Blanco White.

Respuesta. Pronto saldrá a la calle Divina libertad (Alfar), que toma el título de un grabado de Goya. El libro trata de reunir mis artículos dispersos sobre la aventura liberal de Blanco White.

P. El liberalismo está en la base de uno de sus últimos libros, Las Cortes de Cádiz.

R. Es un libro de divulgación, pero con unos planteamientos propios. Intento destacar la influencia inglesa en el liberalismo español. Siempre se creyó que las fuentes del liberalismo en España eran francesas. Sin embargo, la influencia inglesa fue muy fuerte. El libro muestra cómo se cocinó el primer liberalismo español, que es el más interesante y creativo. Luego, el liberalismo se adocenó. La influencia de Lord Holland en las Cortes de Cádiz fue muy grande. Lord Holland era un prócer perteneciente a una de las familias más ricas de Inglaterra. A veces, el Gobierno de Inglaterra se reunía en su casa. Fue amigo personal de Jovellanos, de Quintana, del conde de Toreno, de Mendizábal... En 1809 Sevilla fue la capital política de España. Lord Holland se alojaba en la casa de los duques de Alba en Sevilla. Se reunía en tertulias con Jovellanos, Saavedra... Ahí se coció lo que luego se habló en las Cortes de Cádiz.

"La Guerra de la Independencia fue una guerra feroz entre españoles"
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P. Lord Holland también se relacionó con Blanco White.

R. Blanco White conoció a Lord y Lady Holland en Sevilla. Lady Holland lo nombró en Londres tutor de sus hijos para que aprendieran español.

P. Y determinando toda esa época está la invasión napoleónica. ¿La Guerra de la Independencia fue una guerra contra el invasor o una guerra entre españoles?

R. Fue una guerra civil, una guerra feroz entre españoles. Fue, por otra parte, una guerra de tipo nacionalista. Y fue, además, una guerra de religión, una guerra ideológica. Se trata de la guerra más destructiva de la historia de España, más destructiva incluso que la guerra de 1936.

P. ¿Por qué?

R. Porque el país se destruyó de una manera que no lo hizo en la Guerra Civil. En la destrucción influyeron los franceses, pero también los guerrilleros. La repercusión en América fue tremenda: España perdió su imperio. En América se reprodujo el mismo esquema de lucha interna que en España.

P. ¿Hubo colaboracionistas con los franceses?

R. Sí. Hubo cambios de chaqueta y colaboracionismo. Sevilla se afrancesó hasta el extremo de que muchos sevillanos lamentaron la salida de los franceses de la ciudad en agosto de 1812. Muchos sevillanos al ver marchar a los franceses pensaron que las cosas podían irles peor. En Sevilla no se pegó ni un tiro. José I Bonaparte [hermano de Napoleón y rey de España entre 1808 y 1813] fue recibido en Sevilla con un gran entusiasmo.

P. ¿Hubo ajustes de cuentas con la salida de los franceses?

R. Sí. Hubo purificaciones. Hubo chaqueterismo. Cuando vieron que las cosas cambiaban, muchas personas empezaron a adaptarse a la nueva situación. Desaparecieron los archivos. Los papeles comprometedores se esfumaron. Por ello, al escribir Sevilla Napoleónica tuve dificultades para documentarme. Y utilicé archivos de Madrid, París, Londres... En Sevilla pasó lo mismo que en Francia en la II Guerra Mundial. Personajes que colaboraron con la Resistencia a partir de 1943 o 1944 antes habían apoyado a Pétain y a la Francia de Vichy. Mitterrand fue uno de ellos.

P. En La literatura del desastre pone en cuestión a la Generación del 98.

R. Los hombres de la Generación de 1808 -Quintana, Lista, Blanco White, Toreno, Isturiz...- sufrieron privaciones y cárceles y crearon el Estado liberal. En cambio, la Generación de 1898 fue más inauténtica. Eran señoritos en el sentido de que no tenían nada que ver con nada. Eran capaces de hacer cualquier gracia para escribir un artículo brillante. Julio Caro Baroja me dijo en una ocasión que había que escribir un libro echando abajo la invención del 98 y que su tío, Pío Baroja, ofrecía argumentos para ello. La Generación del 98 es una invención. Se ha consagrado de tal manera que se ha inventado algo que no se puede sostener. En el aniversario del 98 entre toda la literatura que celebraba la efeméride no hubo ninguna crítica a eso. Mi libro intenta ser una visión dura sobre la invención de la Generación del 98.

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