Interior tramita la extradición desde Argentina del supuesto jefe de ETA en Uruguay
Las autoridades españolas han comenzado los trámites para solicitar a Argentina la extradición del supuesto miembro de ETA Jesús María Lariz Iriondo, Maki, a quien el Ministerio del Interior adjudica el papel de aglutinador y agitador del colectivo de etarras residente en Uruguay. Las autoridades uruguayas decidieron anteanoche expulsar a Lariz a Argentina, país desde el que, alegaron, había entrado ilegalmente en su territorio. Fuentes conocedoras del caso explicaron que Uruguay ha tomado esta opción como un subterfugio legal ante las dificultades que ponen las leyes locales para la extradición.
El presunto miembro de ETA, detenido nada más llegar a Buenos Aires desde Montevideo, se encuentra a disposición de la juez federal argentina María Servini de Cubria, quien le tomará declaración mañana. Argentina tiene 40 días para decidir sin concede o no la extradición. Lariz, según Ángel Acebes, ministro del Interior, está acusado de un atentado contra una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía perpetrado en Eibar el 9 de octubre de 1984.
Uruguay había rechazado el verano pasado una demanda de extradición de Lariz que presentó el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. El supuesto terrorista, de 43 años, fue detenido el 30 de julio por el servicio de inteligencia de Uruguay, un mes después de que el Consejo de Ministros acordara pedir su entrega a España.
Extranjeros indeseables
Uruguay ha expulsado a Lariz en aplicación de la Ley de Ciudadanos Extranjeros Indeseables, según han indicado fuentes conocedoras del caso, que precisaron que el etarra no fue extraditado el pasado verano porque no se cumplía un requisito recogido en la legislación uruguaya para llevar a cabo este proceso: que los delitos que se le imputaran tuvieran víctimas mortales, informa Europa Press.
Lariz, quien ha trabajado en un restaurante de cocina vasca en Montevideo, estuvo en las cárceles uruguayas entre 1992 y 1994 por entrar en el país con documentos falsificados. Fue detenido a primeros de 1992 junto a otros 13 españoles supuestamente relacionados con ETA.
Tres de ellos fueron entregados a España, lo que provocó protestas en la capital uruguaya que desembocaron en graves disturbios callejeros. En 2001 volvió a ser detenido en Montevideo acusado de un delito de asociación para delinquir, pero fue puesto en libertad poco tiempo después.
Acebes tomó este caso, el del etarra José Antonio Borde Gaztelumendi (entregado ayer por México) y el de Urtzi Murueta Gondra (que el pasado día 20 se voló una mano con un detonador en Francia) como ejemplos de la situación en la que se encuentra ETA y del futuro de sus miembros y de los aspirantes a serlo.
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