Afectados por el 'Erika' cobraron antes de dos años

El 12 de diciembre de 1999 se partía en dos a unas 60 millas (111 kilómetros) de las costas de Bretaña el Erika, un buque tanque matriculado en Malta que transportaba 31.000 toneladas de fuel pesado. El barco quedó hundido a poco más de 100 metros de profundidad. Dos tercios de la carga pasaron al mar. El resto fue recuperado mediante bombeo.

La marea negra contaminó unos 400 kilómetros de costa, con playas turísticas, puertos pesqueros, granjas de cría de ostras y salinas. Unas 5.000 personas participaron en las labores de limpieza.

Se recogieron más de 200.000 toneladas de materiales contaminados. En algunos puntos, la veda para captura de marisco no se levantó hasta septiembre de 2001, a los 22 meses del siniestro.

Hubo varias peculiaridades en el caso del Erika. El fondo internacional de indemnización decidió limitar sus pagos al 50% de los daños acreditados. Pero la actitud muy activa del Gobierno francés para probar pérdidas mediante sucesivos estudios -especialmente en el sector turístico- obligó al fondo a elevar el porcentaje, primero al 60% y luego al 80%.

Además, bajo fuerte presión de los ecologistas y de la opinión pública, la petrolera franco belga TotalFina, propietaria de la carga, aceptó responsabilidades económicas, pese a que legalmente estaba exenta. Ofreció abonar seis millones de euros para la limpieza de la costa y otros 4,5 millones para restablecer la imagen turística de la zona.

Demandas amplias

El fondo internacional de indemnización tuvo que enfrentarse al estudio de demandas de resarcimiento más amplias que las habituales. Por ejemplo, cuatro ayuntamientos reclamaron para que se les compensara por la caída de ingresos del impuesto turístico.

Se trata de una tasa que se cobra habitualmente por los ayuntamientos franceses por cada noche pasada en un establecimiento hotelero, similar a la que aplica desde este año el Gobierno de Baleares. Los ayuntamientos alegaron una caída de los ingresos por el impuesto entre el 9% y el 16%, según los casos. En cambio, se rechazó una demanda del aeropuerto de L'Orient, que reclamaba por una caída de ingresos debida a que lo habían utilizado 8.007 pasajeros menos. Los expertos consideraron que la cifra entraba dentro de la oscilación habitual del número de pasajeros.

A 31 de diciembre de 2001 se habían presentado 5.840 reclamaciones y se habían aceptados 3.891, por valor de 33,1 millones de euros. El 80% ya había cobrado. En dos años. La diferencia con el caso del Mar Egeo es que habían eludido los tribunales.