El Gobierno expulsa a 15.000 de los 90.000 ecuatorianos que entran al año por Barajas

Cada día desembarcan en el aeropuerto de Barajas 250 ecuatorianos, y cada día son expulsados por la misma vía 40. Pese a que estas cifras no son constantes, sino que varían en función de factores diversos, fuentes de la Administración española, del Gobierno de Quito y del colectivo de inmigrantes del país suramericano las consideran bastante exactas. Es decir, en los últimos 12 meses han llegado a Madrid más de 90.000 ecuatorianos, de los que la policía expulsó a 15.000. Esta avalancha ha llevado al Ejecutivo español a plantearse que la UE exija visado a los ciudadanos de Ecuador.

Las autoridades ecuatorianas afirman que tienen registradas a otras 40.000 personas que desean venir a España, de acuerdo con el convenio de regulación de flujos migratorios firmado por los Gobiernos de Madrid y Quito, a instancias del primero, en febrero de 2001. Y recuerdan que el Ejecutivo español aseguró entonces que cada año podrían desplazarse a España 30.000 trabajadores, dentro del contingente para extranjeros. Pero en lo que va de 2002 sólo han sido cursadas 80 ofertas de empleo.

La colonia ecuatoriana en España ha aumentado de forma espectacular en los últimos tres años: de 12.933 personas regularizadas en 1999 ha pasado a 124.082, según cifras oficiales del pasado 30 de septiembre. El Ministerio de Trabajo afirma que 122.333 están afiliadas a la Seguridad Social. Pero la ONG Rumiñahui calcula que entre 300.000 y 400.000 más están en situación irregular.

Cuando firmó el convenio de inmigración, el Gobierno afirmó que su propósito era acabar con las mafias que se benefician de la inmigración ilegal. Casi dos años después, numerosas agencias de viajes se han hecho en Ecuador con el negocio del tráfico de seres humanos, según denuncia Raúl Jiménez, portavoz de Rumiñahui: 'Proporcionan a los emigrantes el paquete completo: billete, reservas de hotel y los 2.000 dólares necesarios para entrar en España como turistas. Cobran unos 200 dólares de comisión. Como sólo les dan el recibo de avión, los ecuatorianos no pueden reclamar cuando el responsable del hotel los pone en la calle'.

Es el caso de M. H. I., una mujer de 22 años que acaba de llegar a Alicante. El billete de avión le costó 1.700 dólares. Ahora debe devolver a la agencia 200 dólares mensuales durante un año, además de otros 2.000 que le prestaron para la bolsa de viaje. Es decir, 500 dólares más de los que recibió. Para llegar a España, M. H. I. voló de Quito a Bogotá, y de ahí a Caracas, en la línea venezolana Aeropostal. De Caracas a Amsterdam viajó en KLM. Y de Amsterdam a Alicante, en otra línea que no recuerda.

Jiménez denuncia el negocio que las líneas aéreas están haciendo con la inmigración: '¿Cuál es el papel de Iberia, Air France, American Airlines? Traer inmigrantes. Están haciendo un negocio redondo. Los aviones llegan repletos de ecuatorianos. Se hacen pasar por turistas, pero todo el mundo sabe que se quedarán en España cuando les caduque el permiso de estancia. Las líneas aéreas conocen la situación, pero no asumen su responsabilidad, porque ganan mucho dinero. La ley exige a los presuntos turistas que lleguen con el billete de vuelta pagado. Pero los aviones vuelan diariamente medio vacíos a Quito. De este modo, si la policía rechaza a unos cuantos, llevarlos de vuelta no supone ningún gasto extra para las compañías'.

El tráfico de aviones entre Quito y Madrid es sorprendentemente intenso. Iberia, KLM y Avianca son tres de las compañías que tienen vuelos diarios desde Ecuador a Madrid. Un portavoz de la primera declara: 'Iberia cumple todos los requisitos legales y exige a sus pasajeros la documentación que marca la ley. Si luego la policía les devuelve a su país, es asunto de la policía'.