Holanda revisará su responsabilidad en la matanza de Srebrenica
El Parlamento holandés abrió ayer una investigación pública sobre la matanza de Srebrenica, el enclave de Bosnia donde en el verano de 1995 fueron abatidos unos 7.500 varones musulmanes a manos del Ejército serbobosnio, a pesar de estar protegidos por un destacamento de cascos azules de los Países Bajos. Presentada como el juicio político que faltaba por hacer para depurar posibles responsabilidades particulares, entre los testigos llamados a declarar figuran los oficiales holandeses destacados en una zona que sufrió el peor asesinato de civiles desde la II Guerra Mundial. El pasado mes de abril, el Gobierno holandés, de centro-izquierda, que encabezaba el socialdemócrata Wim Kok, cayó cuando el informe oficial sobre lo ocurrido le acusó, junto con la ONU, de haber enviado a sus tropas a una 'misión imposible'.
El primero en prestar ayer juramento fue el capitán Jette Groen, que en 1995 mandaba una compañía estacionada en el pueblo de Srebrenica, al este de Bosnia-Herzegovina. Según este oficial, la falta de información sobre la distribución de los soldados que peleaban en la zona y el hecho de que el mandato de Naciones Unidas sólo les permitiera defenderse si eran agredidos directamente, les dejó poco margen de maniobra cuando aparecieron las tropas serbobosnias en el pueblo de Srebrenica.
Estas fuerzas militares, mandadas por el general Ratko Mladic, forzaron la separación de hombres y mujeres musulmanes, se llevaron a los varones y luego los tirotearon. Se trata de una matanza por la que el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), acusa a Mladic de genocidio y ha pedido al Gobierno de Belgrado su entrega a La Haya.
Las conclusiones de la investigación de la matanza más horrible de la larga guerra librada en Bosnia-Herzegovina (1992-1995) deben estar listas en el mes de enero y podrían ayudar a los familiares de las víctimas a pedir al Estado holandés una indemnización por no haber evitado las muertes.
Mientras ello sucede, Slobodan Milosevic, principal encausado por los crímenes cometidos en los Balcanes durante los años noventa, aseguró que seguirá defendiéndose solo en el juicio seguido en su contra ante el TPIY. A la vista de los retrasos que su mala salud está provocando, la fiscal Carla del Ponte había pedido que se le nombrara un letrado. Slobodan Milosevic calificó dicha propuesta de 'malintencionada' y recordó que no reconoce la legitimidad del tribunal de La Haya.
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