Putin logra que la UE evite condenar su política en Chechenia

Vladímir Putin jugó espléndidamente sus cartas ayer en Bruselas en la cumbre bianual Rusia-UE: una buena solución para el tránsito de ciudadanos rusos del enclave de Kaliningrado, un plan de cooperación contra el terrorismo y comprensión sobre Chechenia. 'Aunque el problema no es sólo terrorista y la única solución es política', espetó el actual presidente de la UE, el danés Anders Fogh Rasmussen, en la rueda de prensa final ante la mirada hierática del líder ruso.

Putin viajó a la capital comunitaria con un as en la mano: la propuesta de un referéndum la próxima primavera sobre el futuro de la secesionista república norcaucásica, 'que otorgará más autonomía dentro del marco constitucional federal', y la celebración posterior de elecciones, según dijo en Bruselas uno de sus consejeros. La UE ha acogido la idea con esperanza.

'Nosotros también apostamos por una solución política, pero jamás con los terroristas', dijo Putin, que en la reunión tuvo duras palabras para con el presidente electo checheno, Aslán Masjadov. 'Mejor no reproducirlas en público', comentó el comisario europeo de Asuntos Exteriores, Chris Patten. La víspera, el líder ruso tildó de 'asesino' a Masjadov y descartó cualquier propuesta de negociación.

Putin expuso su propia didáctica ante la prensa internacional sobre la amenaza que representan los independentistas más radicales chechenos. 'Son extremistas religiosos que pretenden con sus planes crear un califato mundial, y para hacerlo quieren destruir a EE UU y sus aliados. Tanto si es usted cristiano como musulmán, está amenazado por esos integristas', respondió a un periodista al término del encuentro en presencia de Rasmussen, del presidente de la Comisión, Romano Prodi, y del alto representante de la UE, Javier Solana.

Las dos partes admitieron discrepancias sobre la crisis chechena, abordada, según los presentes, en 'un clima muy vivo'. Los europeos le pidieron más respeto a los derechos humanos, más afán en explorar los cauces políticos, así como el procesamiento de militares implicados en abusos a civiles. Una alta fuente diplomática confesó que 'no obtuvimos de él ninguna garantía' de que las organizaciones humanitarias tendrán pleno acceso a Chechenia.

En la calle, algunos centenares de simpatizantes chechenos se manifestaban sin crear problemas. Y en la sede del Parlamento Europeo, el filósofo francés André Glucksmann tildaba a Putin de 'genocida' y hacía un peligroso paralelismo entre las acciones de las tropas federales en el territorio rebelde y el reciente asalto al teatro de Moscú: '¿Qué es más terrorismo? ¿La muerte de 400.000 ciudadanos en los bombardeos de Grozni o tomar como rehenes a 800 personas?'.

La UE y Rusia condenaron como 'criminal e injustificado' cualquier acto terrorista y suscribieron en Bruselas un plan de colaboración estratégica contra el terrorismo a la luz de lo acaecido el 11-S. En ese ámbito se inscribe un acuerdo ente Europol y la Federación Rusa para el intercambio de información sobre el movimiento de individuos, grupos o redes terroristas, así como para el control de sus canales financieros. Igualmente, respaldo recíproco para denunciar el fenómeno en los foros internacionales.

Respecto a Kaliningrado, un tema sobre el que Moscú amenazó con boicotear la cumbre si no había una solución satisfactoria, la UE y Rusia alcanzaron anoche un 'acuerdo equilibrado', para Rasmussen, y 'satisfactorio' para Putin, obligado a tranquilizar a la población de que la ampliación de la UE, y particularmente el ingreso de Polonia y Lituania, no reportará daños económicos a Rusia.

Desde el año que viene, los ciudadanos rusos no podrán moverse libremente, como hasta ahora, cuando salgan o entren en el pequeño enclave en dirección a Lituania o Polonia, pero gozarán de un privilegio especial. A partir del próximo 1 de julio, las autoridades lituanas y polacas concederán prácticamente gratis unos pases múltiples para aquellos residentes que salgan o entren del pequeño enclave ruso, que cuenta con apenas un millón de habitantes.

Además, la Comisión Europea se compromete a crear un fondo de asistencia económica para el desarrollo de la zona, que en el futuro Moscú quiere que sea la puerta hacia Europa, y estudiar la viabilidad de crear un tren de alta velocidad que uniría Vilnius, la capital lituana, con Kaliningrado.

En su apretada agenda, el presidente ruso tuvo a última hora de la tarde un encuentro en un hotel con el secretario general de la OTAN, George Robertson, quien le reiteró que la futura ampliación de la Alianza Atlántica y el ingreso de las tres ex repúblicas soviéticas bálticas no debe ser vista por Moscú como una amenaza. Rusia considera un error la nueva ampliación del bloque militar atlántico, que quedará prácticamente consagrada en la Cumbre de Praga los próximos 21 y 22 de noviembre.