Francia multiplica las detenciones de inmigrantes indocumentados

Las autoridades francesas han multiplicado en los últimos días las batidas policiales contra grupos de inmigrantes en situación irregular, y han comenzado a considerar como clandestinos a los extranjeros que no llevan en sus pasaportes el sello de entrada en un país del espacio de Schengen. Las medidas aplicadas anticipan el espíritu de la ley promovida por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, que penalizará la ocupación de lugares públicos o edificios y castigará severamente la prostitución en la calle.

En función de estas medidas, 38 personas de nacionalidad búlgara han sido conducidas a un centro de retención de extranjeros de Burdeos con vistas a su expulsión del país, después de una operación masiva de control de identidad llevada a cabo el jueves en unos hangares del centro de la ciudad, en los que se habían instalado personas sin domicilio. Una ONG ha recurrido a la justicia alegando que el procedimiento contra los búlgaros equivale a una 'expulsión colectiva', prohibida por un protocolo anexo a la Convención Europea de los Derechos Humanos, pero dos jueces de las libertades rechazaron ayer ese recurso.

Los incidentes se multiplican por todo el país. Otros 40 inmigrantes en situación irregular fueron desalojados ayer por la policía de un recinto deportivo que habían ocupado en Calais, a sólo seis kilómetros del centro de refugiados de la Cruz Roja junto al Canal de la Mancha, por el que han transitado decenas de miles de ciudadanos en situación irregular desde 1999. Sarkozy ha ordenado el cierre de la admisión de nuevos refugiados, para clausurar la instalación en abril próximo, y esto ha provocado la dispersión por los pueblos y ciudades cercanas de los extranjeros que siguen llegando.

Críticas de ONG

El cierre del centro de la Cruz Roja ha sido denunciado por el alcalde de Calais y algunas asociaciones humanitarias, dado que obliga a los rechazados a sobrevivir en el exterior, bajo la lluvia y el frío, en condiciones inhumanas. Sin embargo, el delegado del Gobierno en la zona ha precisado que se trata de enviar un mensaje claro a 'las organizaciones del tráfico de personas', en el sentido de que ya no pueden contar con Sangatte para alimentar su negocio. Existe un pacto entre los Gobiernos francés y británico para impedir nuevas concentraciones de inmigrantes irregulares junto a la embocadura francesa del Eurotúnel, que ha sido utilizado masivamente para el paso clandestino a Reino Unido en los últimos años.

La principal autoridad de la Iglesia católica francesa, Pierre Ricard, alza su voz contra la 'criminalización de la miseria y la sospecha sistemática sobre categorías enteras de población en situación precaria', alegando el necesario respeto a todo ser humano, 'creado a imagen de Dios'. Sin embargo, la policía desalojó recientemente a decenas de inmigrantes irregulares que ocupaban una iglesia, argumentando que la actuación se había producido a solicitud de la autoridad religiosa.