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CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Estragos de 'Los lunes al sol'

Estoy parada (ciudadano de segundo orden). La semana pasada tuve otra entrevista de traba-jo, y comentándolo con un amigo, me dijo: ¡acuérdate de recordarles las ventajas que tiene la empresa al contratarte!

A saber: soy mujer (colectivo en dificultad social), parada de larga duración (13 meses), mayor de 45 años y dentro de poco sufriré la menopausia (no podré tener hijos y a lo mejor pueden situarme en el 'cuadro de deficiencias'). ¡Es esto lo que quieres que diga! ¡A qué nivel de derrotismo hemos llegado!

En el mismo periodo de tiempo, a una amiga la han ofrecido un contrato temporal. Esta persona, que es brillante profesionalmente con 19 años de experiencia a sus espaldas, ¡doy fe!, reacciona de repente, como un ser pusilánime, blando, planteándose interrogantes de este tipo: ¿seré capaz?, ¿me sabré organizar?, si ahora mismo me agobia todo y no hago (laboralmente) nada, ¿sabré hacer frente?, ¿estaré a la altura?

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Durante este año he tenido que soportar comentarios de todo tipo: ¡qué bien, de vacaciones!, disfruta mientras los demás trabajamos; ¡bueno, y ahora qué, a vivir del Estado, eh!

Además de lo anterior, hay que tener en cuenta que tienes que mantener el poder adquisitivo para seguir la búsqueda activa de empleo, es decir, tienes que seguir realizando cursos de formación (muy caros) porque la temida pregunta en toda entrevista que se precie es, y actualmente, ¿qué estás haciendo?.

Si contestas que sólo buscas, malo, puesto que se interpreta como que no tienes afán de superación.

Como dato anecdótico, señalaré que del Inem no he recibido ni una oferta de trabajo, así que difícilmente podría rechazarla.

Con todo lo anterior, quiero concluir que los parados terminamos creyéndonos que no somos capaces, que no tenemos derecho a protestar por nuestra situación; tenemos la sensación de pertenecer a la beneficencia cuando realmente disfrutamos de un derecho generado, en mi caso, en 22 años de trabajo; el estado de ánimo varía; la organización familiar, también, y es ahí cuando el nivel afectivo y de competencia psicosocial se resiente, convirtiéndote en una persona que está dispuesta a cualquier cosa a cambio de un trabajo.

¿Criticamos ahora a los inmigrantes?

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