'Lo más fácil es tratar de educar a borregos'

Físico de formación, Francisco Marín (San Sebastián, 1943) siempre ha estado vinculado al mundo de la educación. Creó su propia academia en la capital guipuzcoana -Aries-, de la que surgió un 'cualificado' equipo docente con el que fundó la ikastola Ekintza, que este año celebra su 25 aniversario. Ahora es miembro del patronato de la Fundación Ekintza y director del colegio mayor Olarain, también obra suya.

Pregunta. ¿Por qué fundó Ekintza?

Respuesta. Perseguía un proyecto que pudiera perdurar en el tiempo y fuera un servicio a la comunidad. Además, cuando nacieron mis hijos me pregunté qué tipo de educación me gustaría para ellos y lo que ví a mi alrededor no me convenció. Diseñamos entonces un proyecto educativo que me gustaba: un centro bilingüe euskera-castellano, que no existía, mixto, aconfesional y apartidista.

P. ¿A qué dificultades se tuvieron que enfrentar?

R. Las ikastolas monolingües nos llamaron oportunistas, porque decían que aprovechábamos el euskera para captar clientela, y los centros religiosos decían que éramos unos ateos. Y luego los temas económicos. Nos metimos en una inversión de 60 millones de pesetas con uno.

P. ¿Por qué apostaron por el modelo B?

R. Ni mi mujer ni yo sabemos euskera, pero queríamos que nuestros hijos lo aprendieran. Hace 25 años en Donostia había colegios monolingües en castellano y alguna ikastola monolingüe en euskera. Con criterios contrastados, pensamos que para las familias castellanohablantes no era el mejor sistema llevar a un niño a una escuela donde se educara en una lengua diferente de la materna.

P. Su proyecto fomenta valores como la tolerancia o la igualdad de condiciones. Ekintza formó la primera compañía mixta de la Tamborrada Infantil. ¿El conflicto del Alarde es un problema de educación?

R. Sí. Hay que ser cenutrio integral para ver sólo tu propio ombligo y no darte cuenta de las necesidades del otro. Es un problema de educación incluso el conflicto político del País Vasco, la intolerancia de los dirigentes políticos. Tanto Arzalluz como Aznar tendrían que aprender educación. El proselitismo es minusvalorar al que está a tu vera. Tenemos que tener capacidad para elegir lo que nos interesa.

P. ¿Han fomentado esa capacidad en Ekintza?

R. Nos preocupaba contribuir a que nuestros alumnos tengan espíritu crítico. Admitir que el otro sea crítico es duro. Lo más fácil es tratar de educar a borregos, pero tener alumnos que discrepan de ti estimula.