Feroces críticas contra Isabel II por su silencio en el caso del mayordomo de Diana de Gales
Periódicos de todas las tendencias cuestionan el derecho de la reina a estar por encima de la ley
En una mañana, la reina de Inglaterra ha suscitado una marea de críticas no vista desde la crisis que atravesó la monarquía británica en los crispados días que siguieron a la muerte de Diana de Gales, en agosto de 1997. La pasividad de Isabel II, que durante 20 meses dejó que transcurriera un proceso judicial contra el mayordomo de Diana (por apropiarse de objetos de la princesa) a sabiendas de que éste era inocente, ha hecho que hasta los periódicos más a la derecha y más monárquicos del país reclamen que la reina se someta a la justicia como cualquier ciudadano.
Paul Burrell, el último mayordomo de Diana de Gales, fue acusado hace 20 meses por la policía de haberse apropiado de 310 objetos personales de Diana y la familia real. Además, supuestamente, había vendido parte de ellos en el extranjero. La reina Isabel II sabía que era inocente, pero no dijo nada hasta hace apenas una semana.
La policía, que recibió las primeras pistas a través de una hermana de Diana, descubrió un anormal aumento de liquidez en las cuentas de Burrell, que además se había comprado una segunda casa. La acusación no reparó en gastos: viajes a Italia, a Australia y a Estados Unidos.
Toda esa acusación se vino abajo al saberse que el mayordomo había ganado una suma muy considerable con un libro sobre sus años al servicio de la monarquía. Y sólo tuvo dos casas durante quince días: el tiempo de resolver los problemas que le impidieron vender la vieja en el momento de comprar la nueva. Pese a ese fiasco, policía y acusación pública siguieron adelante. Ahora, la reina ha hecho saber que el mayordomo le había comentado en una conversación privada en 1997 que guardaba esos objetos para protegerlos hasta que los hijos de Diana fueran mayores.
La pasividad de Isabel II ha provocado una tempestad. El diario Daily Mail, baluarte de la derecha británica, denunciaba ayer en un durísimo editorial que 'el asunto fundamental que ha puesto de manifiesto este caso afecta a la misma reina'. 'Lo que ha revelado toda esta confusión es la absurda anomalía de que el monarca (la cabeza de nuestro sistema judicial) no se vea afectado por los tribunales. El monarca está de hecho por encima de la ley'. 'A estas alturas, en un sistema democrático maduro, ningún ciudadano (por muy alto que sea su rango) puede estar más allá de la justicia', sostiene.
'El caso contra la Corona', titula The Independent. En su editorial sostiene que la reina 'podría haber sido acusada de obstrucción a la justicia'. El diario asegura que si el primer ministro hubiera cometido un desliz semejante, 'apenas sobreviviría unos días en el cargo', y reprocha a la reina que no se hubiera tomado con más interés un caso que afectaba directamente a la familia real. The Independent especula incluso con que la reina hubiera 'dejado que el caso siguiera adelante porque no le importaba que dañara la reputación de Diana'.
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