49 reclusos mueren en el incendio de una cárcel en Marruecos
Casi 60.000 personas se hacinan en prisiones con capacidad para sólo 40.000
Cuarenta y nueve personas resultaron muertas y otras 89 heridas en el incendio de la cárcel de Sidi Mussa, en El Jadida, una ciudad costera situada a unos 170 kilómetros al sur de Casablanca, según un balance provisional publicado por la agencia de prensa marroquí MAP. Aunque en un principio la agencia señaló que el incendio era debido a un cortocircuito, poco después rectificó y precisó que el origen de la catástrofe no había sido aún esclarecido.
El incendio se declaró sobre la 1.30 (2.30, hora peninsular española) en uno de los módulos de la prisión en la que están recluidos 1.313 reos cuando la capacidad máxima del establecimeinto es de 1.000. Sobre las tres de la madrugada las llamas fueron totalmente sofocadas.
La mayoría de los heridos fueron evacuados al hospital Mohamed V de la ciudad, aunque medida docena de ellos, en estado más grave, fueron trasladados a Casablanca. Anoche, 42 heridos permanecían ingresados. Todos los muertos son prisioneros, pero entre los heridos figuran dos guardianes intoxicados cuando intentaban abrir las puertas de las celdas, según el Ministerio de Justicia.
A lo largo de la mañana, unas 2.000 personas se concentraron ante las puertas de la cárcel para tratar de obtener información sobre la suerte de sus familiares recluidos y otras 700 lo hicieron a la entrada del hospital Mohamed V. Las autoridades trataban de atenderlas pero no las dejaron penetrar en el establecimiento hospitalario.
'¡Mi hijo! ¡Mi hijo!', gritaba una mujer de mediana edad frente a la prisión de Sidi Mussa. 'Lo único que pedimos es que nos den los nombres de los muertos', afirmaba Mona, estudiante de 17 años, cuyo marido, de 18, ingresó hace dos meses en la cárcel.
El rey Mohamed VI ordenó al ex primer ministro, el socialista Abderramán Yussufi, al recién nombrado jefe del Gobierno, Driss Jettu, y al titular de Justicia, Omar Azziman, del que dependen las cárceles, que se desplazaran a El Jadida para presentar su pésame a los familiares de las víctimas.
'Cada uno de nosotros tres hemos aportado, dentro de nuestras competencias, ayuda y asistencia a nuestros hermanos y les hemos prodigado el apoyo necesario', declaró Yussufi a la televisión marroquí. El ex primer ministro anunció que iba a ser abierta una investigación sobre las causas del siniestro.
Calentar el té
El incendio de El Jadida es el más grave de la historia de Marruecos y el tercero desde hace cinco años. En agosto pasado dos jóvenes reclusos fallecieron y otros dos resultaron heridos en el centro penitenciario de Souk Larbaa, a un centenar de kilómetros al norte de Rabat.
El incidente fue debido, según la versión oficial, a un cortocircuito, aunque la prensa especuló con que lo habían provocado los reos utilizando velas después de la extinción de las luces o calentándose el té con hornillos defectuosos.
En agosto de 1997 las llamas devastaron la cárcel de Ukacha, cerca de Casablanca, causando la muerte a 28 presos. En esa ocasión también el incendio fue oficialmente atribuido a un cortocircuito.
En una carta abierta remitida al ministro de Justicia, la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) lamentó que los resultados de las investigaciones abiertas tras los incendios de los últimos años no hayan sido dados a conocer.
La población carcelaria marroquí, repartida por medio centenar de prisiones, se eleva a 59.000 reclusos, cuando la capacidad máxima de acogida de todos los establecimientos penitenciarios es de unos 40.000.
El Observatorio Marroquí de las Prisiones, una ONG que sigue de cerca la situación de las cárceles, señalaba en su último informe que las normas internacionales estipulan que cada preso debe disponer de un mínimo de nueve metros cuadrados, algo que se incumple en Marruecos, cuya Administración penitenciaria sólo prevé que cada reo disfrute de 'un espacio confortable'.
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