Motivos y otros deslizamientos

Los presupuestos de la Generalitat para 2003 son 'los primeros que se elaboran dentro de las exigencias establecidas por las leyes de estabilidad presupuestaria', según reza la exposición de motivos de la ley remitida a las Cortes. Pero un somero vistazo a las previsiones de endeudamiento de las empresas públicas tira por tierra la supuesta disciplina que inspira las cuentas de la Generalitat para 2003. El Consell ha optado por trasladar los gastos de inversión a las empresas públicas para mantener una ficción de equilibrio. El propio consejero de Hacienda ha defendido en las Cortes la viabilidad de contraer deudas a la vista de los tipos de interés actuales. Pero en público, sin embargo, reitera como una consigna la bondad del déficit cero.

El 'impulso de los procesos de I+D+i' aparece como uno de los primeros objetivos de las cuentas públicas. La creación de una oficina que coordine todos los esfuerzos de gasto, públicos y privados, en investigación parece loable. Mucho más que el baile de cifras que ha provocado la incorporación a Presidencia de la futura Agencia de Ciencia y Tecnología para evitar que las comparaciones con ejercicios anteriores resultaran llamativas. Los deslizamientos ponen de manifiesto un prurito por la opacidad que contrasta con la publicidad que se imprime a todo lo relativo a I+D+i.

El aumento del gasto social, el pleno empleo y el crecimiento económico sostenido son otros objetivos que subraya la exposición de motivos. Que más adelante defiende los conciertos educativos 'que se adoptan en el marco del proyecto de homologación de la enseñanza concertada con el nivel de servicios y prestaciones de la enseñanza pública'. La redacción resulta tanto más sorprendente cuanto más crecen las denuncias sobre el creciente deterioro de la enseñanza pública que ha desembocado incluso en la elaboración de una nueva ley de ámbito estatal.

Los empleados públicos, una vez más, tendrán que contentarse con un aumento salarial del 2%, de acuerdo con las previsiones de inflación del Gobierno, la misma estimación que ha sido triturada por la realidad a lo largo de este ejercicio.

Pero más aún, el futuro laboral de los empleados temporales de la Administración Pública topa, como en ejercicios anteriores, con 'las restricciones para la incorporación de nuevo personal', que consigna la presentación de la ley y que pone en cuestión el supuesto esfuerzo acometido por la Generalitat para reducir el número de funcionarios interinos.