La necesidad de invertir en Investigación y Desarrollo centra los discurso en los premios Jaume I

La ceremonia de entrega de los premios Jaume I de investigación presidida ayer en Valencia por el Rey constituyó una puesta en común de los representantes de todos los sectores implicados en la Investigación y Desarrollo para ofrecer sus respectivas posiciones. Rafael Ferrando, presidente de Cierval, habló en representación de los patronos de los galardones para asumir la importancia del mecenazgo en las labores de investigación y subrayar que la 'función social del empresariado en el siglo XXI' pasa por revertir parte de sus beneficios para fomentar el progreso científico y tecnológico.

El Rey glosó en la alocución que cerró el acto celebrado en la Lonja de Valencia la necesaria implicación de 'los poderes públicos, la universidad y el mundo empresarial' en el fomento de la investigación científica y sentenció que 'la ciencia moderna necesita medios y ayudas cada vez mayores' para desarrollarse.

Tanto el presidente de la Generalitat, José Luis Olivas, como la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en calidad de anfitriona, destacaron la vocación innovadora de Valencia y la Comunidad Valenciana. Olivas ofreció breves trazos sobre las tareas de coordinación en materia de Investigación y Desarrollo que asumirá la Oficina de Ciencia y Tecnología, cuya creación prevé la ley de acompañamiento de los presupuestos de la Generalitat; instó a la unidad de acción entre la Administración, las universidades y los empresarios en apoyo de la Investigación y Desarrollo ; y destacó la inversión pública en centros relacionados con la medicina y la biomedicina.

Francisco Murcia, presidente de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, impulsora de los premios, subrayó que la 'investigación es fuente de riqueza y debe apoyarse'.

Santiago Grisolía, presidente del Consell Valencià de Cultura y alma original de los galardones, también apuntó cómo es necesaria una actitud generosa hacia la investigación debido a su creciente especialización.

En ese ámbito, Ferrando expuso el compromiso de los empresarios valencianos con un discurso en el que recordó los orígenes del mecenazgo vinculado a la cultura, identificó la Lonja de Valencia, hoy patrimonio de la humanidad, como una de las contribuciones de los mercaderes al engrandecimiento de Valencia y señaló el apoyo a la investigación como nueva función social del empresariado a principios del siglo XXI.

Rafael Carmena, que recibió el galardón relativo a Medicina Clínica, también abundó en la importancia de aumentar la inversión en investigación, sobre todo en aquellos 'países que no tenemos petróleo', y destacó la necesidad de aglomerar 'una masa crítica' suficiente para favorecer el crecimiento científico.

En las sucesivas intervenciones de Grisolía, Murcia y Carmena flotó el espíritu de Bernat Soria, el científico valenciano que promueve la investigación con embriones humanos y que ha emigrado a Andalucía ante las trabas administrativas a su labor. Nadie hizo mención expresa, pero Grisolía ya deslizó el lunes que la exportación de investigadores valencianos creció un 16% durante 2001.