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La sombra del escritor

Jorge Luis Borges definió en 1951 el pudor y la reticencia a mostrar los sentimientos como los dos rasgos característicos de la identidad argentina. Este miedo a hacer pública la afectividad, según el escritor Tomás Eloy Martínez (Tucumán, 1934) , ha sido la gran losa que 'impide a la novela argentina levantar vuelo en los últimos 40 años'. Martínez pronunció ayer estas palabras en la primera de las tres conferencias que realiza durante esta semana dentro del Ciclo de Grandes Autores que organiza el Instituto Catalán de Cooperación Iberoamericana en Barcelona.

El conflicto no resuelto entre lo que se siente y lo que se escribe, 'este tratado de buenos modales que impuso Borges', sigue sin resolverse en los autores argentinos actuales y hace que las tesis de Borges hayan dejado 'una sombra de sequedad en la creación literaria de este país', aseguró Martínez. 'Poner distancia, nada de color local, evitar que los europeos confundieran la literatura argentina con la latinoamericana, estos parecen los rasgos característicos de las novelas aparecidas en Buenos Aires tras la muerte de Borges, especialmente en los últimos 25 años', dijo el último premio Alfaguara de Novela. Tomás Eloy Martínez, sin embargo, aclaró que autores como Cortázar, Osvaldo Soriano, Manuel Puig o César Aira lograron escapar de esta sombra borgiana.

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