Vanguardia y calidad a precios populares
Aspiraciones de superventas. El nuevo Mégane es uno de esos coches que salen de vez en cuando y aportan soluciones inéditas en su tamaño. Recurre a una línea futurista para diferenciarse, pero confirma su espíritu innovador con avances tecnológicos que facilitan la labor del conductor y refuerzan la seguridad: tarjeta de apertura, depósito sin tapón, conexión automática de faros y limpiaparabrisas, control de presión de ruedas, nuevos airbags integrados en los cinturones (en junio) y asientos, y una familia numerosa de carrocerías. Todo esto le sitúa por delante de casi todos sus rivales y debería ser suficiente para triunfar. Pero tiene una línea tan arriesgada que el éxito va a depender de la aceptación de su imagen, que provoca de todo menos indiferencia, incluido el rechazo en los compradores más conservadores.
Diseño futurista
Tras las críticas recibidas en los últimos años por el diseño anodino de sus modelos, Renault ha apostado por la originalidad. Pero la búsqueda de la diferencia ha sido tan radical que se ha ido al otro extremo. El proceso empezó con los Avantime y Vel Satis, dos coches grandes y minoritarios. Y se confirma ahora con el Mégane, uno de sus modelos más populares, con unas previsiones de ventas de 900.000 unidades anuales, 100.000 de ellas en España.
El nuevo Mégane es un coche de línea valiente y atrevida que no se parece a ningún otro, lo que supone ciertas ventajas y también un alto riesgo comercial si no gusta. Pero al menos aporta una ráfaga de aire fresco en una categoría repleta de modelos muy iguales.
La carrocería presenta un frontal estilizado y potente, una zona central amplia para los pasajeros y una zaga muy curiosa, con la luneta trasera separada de un maletero independiente que es su gran seña de identidad. Al contrario que otros rivales (Focus, 307...), no ha crecido en altura para ampliar el interior. Y el resultado es una imagen más ligera y futurista, con un estilo sólido y dinámico.
Un interior luminoso y moderno
El diseño interior también está muy elaborado y ofrece un ambiente tecno muy vanguardista. Los tonos de los plásticos y tapicerías y los detalles metalizados aportan un estilo limpio y luminoso. Y sólo algunos ajustes mejorables limitan la percepción de calidad de los acabados.
Sin embargo, la línea sacrifica un poco la amplitud, y, aunque las plazas delanteras son correctas, atrás falta espacio para las piernas. Y el diseño de la zaga hace que el maletero sea más pequeño que el de sus rivales. Pero el Mégane aporta a cambio un diseño funcional con nuevas soluciones, como unos cofres ocultos en el piso de los pasajeros de delante. Además, hay muchos huecos para objetos: una guantera enorme, portagafas, posavasos, bolsas grandes en todas las puertas... Y se completa con una insonorización y suspensiones que refuerzan el confort y sus cualidades ruteras.
Cinco motores y cuatro acabados
La gama Mégane contará con siete carrocerías en 18 meses: Coupé, Berlina, 4 puertas, Cabrio, Break, Scénic y Gran Scénic. Pero de momento sólo se venden el Coupé y la Berlina (400 euros más), con cinco motores (ver cuadro) y tres equipamientos muy completos. El Pack (básico) incluye ya seis airbags, ABS, tarjeta de apertura, ordenador de viaje y todo lo habitual. El Confort añade radio-CD y aire. Y el Luxe viene con climatizador, control de presión de ruedas y tarjeta de apertura manos libres. Además, se combinan con cuatro ambientes interiores.
Conclusión
El Mégane es un familiar popular de espíritu innovador. Tiene una línea futurista, un interior funcional y muchos avances tecnológicos. Ofrece un comportamiento dinámico muy cómodo y seguro, un buen equipo de seguridad y precios asequibles. Y contará con una gama de carrocerías y motores que cubren todas las necesidades.
AL DETALLE
- BUENOS PRECIOS El acabado Confort del Mégane 1.9 dCi es más asequible que sus rivales equivalentes. Cuesta 300 euros menos que el Xsara (con cuatro airbags) y casi 600 menos que el Focus y el 307. Al Ford hay que sumarle el aire (1.000 euros), pero el Peugeot incluye lo mismo que el Mégane y añade el ESP, opcional en el Renault (600 euros). Y la diferencia con el Astra (cuatro airbags) sube a 1.600 euros. El Opel es el único con mejores prestaciones, pero el Renault aporta innovaciones tecnológicas que le diferencian de todos y no inciden en el precio.
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