Monti recibe un nuevo correctivo del Tribunal de la UE por vetar una fusión de empresas
Los jueces ponen en entredicho la política de concentraciones de la Comisión Europea
El Tribunal de Primera Instancia de la UE volvió a dar un severo correctivo a la Comisión Europea al anular, por tercera vez -la segunda en una semana-, el veto que impuso a la fusión entre la compañía franco-suiza Tetra Laval y la francesa Sidel, pertenecientes al sector del embalaje. La Corte de Luxemburgo puso de nuevo en cuestión el análisis económico realizado por el equipo del comisario de la Competencia de la UE, Mario Monti, y afirmó en la sentencia que se cometieron errores de apreciación importantes, como en los dos casos anteriores: Airtours-First Choice y Schneider-Legrand.
Se veía venir. La decisión de los jueces anulando en junio el veto a la fusión entre los operadores turísticos británicos Airtours y Firts Choice abrió la veda. Se convirtió en una decisión histórica. Era la primera vez en 12 años que se echaba para atrás desde el Tribunal una decisión de la todopoderosa autoridad de la Competencia europea en el ámbito de las concentraciones. Pasaron apenas cuatro meses, y el pasado martes llegó el rechazo de Luxemburgo al veto impuesto a la fusión entre Schneider y Legrand. Y sólo han tenido que pasar tres días para que llegara la tercera: Tetra Laval-Sidel.
El Tribunal de Primera Instancia vuelve a ser muy severo en su sentencia de ayer sobre el caso Tetra Laval-Sidel: 'El análisis económico de las consecuencias inmediatas contra la competencia está basado en evidencias insuficientes y en algunos errores de razonamiento'. Los jueces afirman que se 'sobrestimaron' los efectos en la competencia de la empresa fusionada y añadieron que la separación de la compañía impuesta por la Comisión no estaba, por tanto, justificada.
La Comisión Europea no tuvo más remedio que reconocer ayer, públicamente, que el sistema de control de fusiones tiene deficiencias importantes y que se debe reforzar, en número y calidad, el personal del equipo que se dedica al control de las fusiones. Una afirmación que puede ser muy útil en favor de los abogados que defienden ante el Tribunal de Luxemburgo la anulación de los vetos impuestos por Bruselas, por un lado, a la fusión entre General Electric y Honeywell y, por otro, a la de MCIWorldCom y Sprint.
El comisario europeo de la Competencia, Mario Monti, lamentó la decisión de los jueces, aunque dejó claro que estas tres anulaciones no supondrán un problema para la credibilidad de la Comisión como autoridad reguladora europea. 'Pronto habrá una ocasión para demostrarlo', añadió. La Dirección General de la Competencia está ultimando una propuesta de reforma de la legislación actual de control de las fusiones, que se presentará a finales de diciembre. Las tres sentencias han acentuado la necesidad de la reforma.
Errores de apreciación
El equipo que se encarga del control de este tipo de estrategias empresariales ha cometido, según los jueces, errores de apreciación y realizaron los análisis sin recabar pruebas suficientes.
En el caso Airtours-First Choice se reprochó a la Comisión Europea que no acreditara como era debido que la operación incitara a los grandes operadores turísticos en el Reino Unido a dejar de competir entre sí y a actuar como un cartel. Ni se aportaron pruebas en este sentido, tampoco se identificaron las posibles represalias que podría llegar a sufrir uno de los miembros si se apartaban de la política impuesta por el oligopolio y se subestimó el papel de contrapeso que podían desempeñar los pequeños operadores.
La sentencia Schneider-Legrand del pasado martes adereza la anterior con dos nuevos reproches contra el razonamiento económico manifiestamente erróneo realizado por la autoridad de la Competencia europea y es aún mucho más severa: el análisis adolece de graves 'contradicciones' y 'omisiones'.
Los jueces concluyeron en el caso Schneider-Legrand que en el análisis se tomó como referencia los efectos en la competencia en un solo mercado para después extrapolarlos a 'consideraciones transnacionales y globales'. Los datos que se utilizaron para definir la posición dominante de la empresa fusionada se generalizaron y se 'sobrevaloró' su potencia económica, mientras que se 'infravaloró' la de sus competidores Siemens y ABB.
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