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Una antológica de López Torres descubre al pintor de Tomelloso

Madrid inicia una muestra itinerante de 132 obras por cuatro ciudades

'Es un artista verdadero', afirmó ayer el pintor Antonio López García en la presentación de la antológica de su tío, Antonio López Torres (Tomelloso, 1902-1987), inaugurada en el Centro Cultural de la Villa de Madrid (plaza de Colón). La muestra, que conmemora el centenario del nacimiento del pintor realista, está organizada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Fundación Cultura y Deporte, el Ayuntamiento de Tomelloso (Ciudad Real) y el centro del Ayuntamiento de Madrid, con el patrocinio de Caja Castilla-La Mancha. Estará abierta hasta el 24 de noviembre, para viajar después a Toledo, Albacete, Cuenca y el museo Antonio López Torres, de Tomelloso. La comisaria de la antológica, María José Salazar, ha reunido 132 obras, la mitad procedentes del museo de Tomelloso, en un montaje cronológico. Un autorretrato de 1921 es la imagen de la exposición y del catálogo, que incluye textos de la comisaria, de Francisco Nieva, Antonio Bonet Correa y una biografía de María Teresa Cruz.

'López Torres sigue siendo un gran desconocido, un pintor ajeno a las modas y vanguardias, a las galerías y mercado del arte, pintando en su pueblo', declaró Salazar. El montaje se centra en la época de madurez, a partir de 1925, con amplias vistas de los paisajes manchegos realizadas al natural, otras piezas intimistas con animales y niños, naturalezas muertas y retrato. También figuran trabajos en Mallorca, Santoña y Madrid, casi los únicos lugares que visitó, como profesor de dibujo, fuera de Tomelloso. En otros espacios aparecen sus comienzos de formación, en las escuelas de Ciudad Real y Madrid, y la última etapa, con paisajes en pequeño formato, sin olvidar sus dibujos.

'Es una fortuna contemplar un artista verdadero', declaró su sobrino Antonio López García. 'Gracias a la naturaleza que crea un artista tan extraordinario. Tiene una obra asombrosa. Tener a mi lado a un personaje tan puro y generoso, ver su sufrimiento, tocar la creación tan cerca, ha sido lo mejor en mi vida, por encima del Prado. Es asombrosa la expresión de la luz y la representación del mundo objetivo'.

Un visitante ante el cuadro <i>Retrato de María Martínez Cabrero</i> (1931), de Antonio López Torres.
Un visitante ante el cuadro Retrato de María Martínez Cabrero (1931), de Antonio López Torres.EFE
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