Empresas españolas impulsarán contratos millonarios con Irán durante la visita de Jatamí

Grandes empresas españolas, sobre todo del campo de la ingeniería y la energía petroquímica, negocian contratos con Irán por un valor de más de 3.000 millones de euros que esperan impulsar durante la visita que el lunes iniciará a Madrid el presidente iraní, hoyatoleslam Mohamed Jatamí. Estos negocios, de concretarse, darían un impulso a unas relaciones casi inexistentes por lo que se refiere a inversión y muy deficitarias para España en su aspecto comercial, que apenas han avanzado desde que el presidente del Gobierno, José María Aznar, visitó Irán en 2000.

Pero las gestiones con Teherán son lentas y ninguna de las empresas consultadas considera probable poder cerrar su operación para finales de este mes. La más cercana a una conclusión parece Foster Wheeler Ibérica, filial española de la multinacional estadounidense del mismo nombre, que ha construido ya en Irán dos plantas eléctricas y ha presentado oferta para una tercera, con un coste superior a los 100 millones de euros.

También Técnicas Reunidas está ya presente en Irán, donde construye, en Kermanshah, una planta de lab -materia prima de detergentes- para la empresa petroquímica nacional (NPC) y aspira a un proyecto de hidrometalurgia de zinc, entre otros, que aún no está en fase decisoria.

Dragados Industrial tiene interés en la construcción de una petroquímica y Cepsa mantiene unas largas negociaciones con la empresa nacional iraní de petróleo (NIOC) que no terminan de madurar.

La mayor empresa potencial española en Irán es, sin embargo, el proyecto integrado de gas que promueve Repsol-YPF. De concretarse, daría lugar a inversiones por valor de más de 2.000 millones de euros, pero es a largo plazo y su estado es muy incipiente. Apenas se han iniciado los estudios de viabilidad de una línea completa que abarcaría desde la extracción del gas en una zona submarina ya asignada para su prospección hasta la exportación del producto acabado en barcos metaneros. Las autoridades iraníes han demostrado interés por esta empresa que Repsol contempla con cautela, ya que está poniendo en marcha, con BP, un proyecto similar a partir Trinidad y Tobago y tiene otro en estudio avanzado en Bolivia, en un momento en que la situación bursátil no es favorable.

Desde el punto de vista del Gobierno español, el objetivo económico de estos contactos es equilibrar una balanza comercial que presenta un déficit creciente a medida que sube el precio del petróleo. Irán, décimo país del mundo por reservas de crudo, pasó hace dos años a España una factura petrolera de cerca de 800 millones de euros -una cuarta parte de la de Argelia- que más que duplicaba la de 1998 y representó casi el 90% de las importaciones. Las exportaciones españolas a Irán -principalmente calderas, acero, maquinaria eléctrica y productos químicos-, han seguido entretanto un camino errático que ha dejado la tasas de cobertura por debajo del 40%.

Tras el viaje que hizo Aznar a Irán, en octubre de 2000, con el objetivo declarado de respaldar la línea reformista de Jatamí y 'profundizar las relaciones económicas, muy especialmente en la exploración y desarrollo de los recursos de petróleo y gas', se han multiplicado los contactos políticos pero las cifras básicas siguen en la misma línea. Las inversiones recíprocas, en concreto, son prácticamente cero.

Los empresarios españoles tienden a quejarse de las dificultades jurídicas y burocráticas que encuentran en una teocracia muy mediatizada por el Estado. En ese sentido, España e Irán, que sólo tienen acuerdos de transporte aéreo y por carretera, firmarán durante la visita de Jatamí sendos convenios de Protección Recíproca de Inversiones (APRI) y Cooperación Aduanera, mientras que el acuerdo de doble imposición está previsto para 2003. También se firmará ahora un acuerdo de cooperación en materia de turismo.

El presidente iraní llegará con unos 70 empresarios de su país, que se runirán con otros tantos españoles en un foro organizado por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio.