España acepta que Eslovaquia aplique beneficios fiscales a la fábrica de Volkswagen
El país candidato a la UE garantiza que las exenciones no superarán el 30% de la inversión
España aceptó ayer que Seat se pueda beneficiar en Eslovaquia de una exención fiscal que los países de la UE ya no podrán aplicar el año próximo: el 30% de la inversión inicial. A cambio, Eslovaquia ha admitido ofrecer a Bruselas toda la información, mantener una transparencia total para garantizar a Madrid que en ningún caso se superará ese techo del 30%. Con este acuerdo, alcanzado ayer en Bruselas, la UE cerró de forma provisional el capítulo de Competencia del tratado de adhesión de Eslovaquia, que entrará en el club europeo, según lo previsto, en 2004.
El anuncio de Volkswagen, el grupo alemán propietario de Seat, de trasladar el 10% de la producción del modelo Ibiza de Martorell a Bratislava, es el asunto que puso en guardia a España frente al sistema fiscal eslovaco y que movió a los negociadores españoles a bloquear el capítulo de la adhesión correspondiente. Pero, finalmente, y al margen de tal posibilidad, que podría costar 500 puestos de trabajo en la fábrica de Martorell, España se ha avenido a considerar las razones planteadas por la Comisión Europea y por Eslovaquia.
Todos admiten que la exención del 30% es una ventaja de la que ya no se podrán beneficiar los Estados de la UE, pero también que los países candidatos, con una renta per cápita mucho menor, necesitan derogaciones transitorias y ser tratados por igual. A Bruselas le resultaba difícil no admitir tal exención en Eslovaquia cuando se había aceptado ya para Hungría o la República Checa.
España se conformó finalmente con obtener las máximas garantías de contar con todos los datos en la mano, con detentar 'un control específico ad hoc' a través de una estrecha vigilancia, con informes semestrales, del devenir de las inversiones de Seat en Eslovaquia.
Eslovaquia, por su parte, aportó a España toda la información posible. Según sus datos, las inversiones de Seat en Bratislava ascienden a 1.300 millones de euros. La empresa está exenta de impuestos hasta 2008. Con el acuerdo rubricado en Bruselas, las exenciones se limitan al 30% de esas inversiones, de modo que se irán sumando los beneficios anuales hasta llegar hasta tal techo. Los eslovacos no pueden aventurar hasta cuándo llegará tal trato de favor. 'Se supone que cada año tendrán más beneficios. No lo podemos saber ahora', explican. En ningún caso tal trato favorable continuará después de 2008, según el acuerdo firmado en las negociaciones de adhesión de Eslovaquia a la UE.
'Hemos luchado mucho para conseguir este acuerdo', decía ayer el director general de Ampliación de la Comisión Europea, Eneko Landáburu. 'Se ha visto que Eslovaquia no tenía intención de ocultar información, pero también se ha entendido que España estaba en su derecho de pedir más datos y garantizar una aplicación estricta y correcta del acuerdo firmado'.
Los negociadores eslovacos se mostraban ayer satisfechos por el acuerdo. Sólo las regiones Objetivo 1 (que están por debajo del 75% de la media de renta per cápita de la UE) pueden beneficiarse de esa exención del 30% de la inversión inicial para la industria automovilística, una norma que termina el año próximo y de la que se ha beneficiado España en el pasado. La región de Bratislava no es de las más pobres, pero los eslovacos recuerdan que el resto del país está muy por debajo de la media de riqueza europea. El acuerdo de ayer les permite mantener en parte los beneficios fiscales prometidos a Volkswagen, que en 1998 logró una exención total hasta 2008.
España, sensible a la delicada situación en la fábrica de Martorell, no puede nadar, sin embargo, contracorriente. La tasa de paro es en Eslovaquia del 18%, y la mano de obra, mucho más barata que en España. La producción de modelos pequeños, como el Ibiza o el Polo, es un 20% más barata en Eslovaquia que en España.
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