Nostalgia y reproches desde el espacio cultural
Sobre aquella noche de octubre de 1982 queda memoria fresca en algunos de los personajes de la cultura española. Otros no se acuerdan ni de dónde estaban ni si votaron al PSOE o no.
Es el caso de Núria Espert, actriz, directora teatral. 'Sé que les voté, pero no recuerdo qué hice aquella noche. Me movilicé mucho para que ganaran, me fui a Canarias, incluso, a hacer campaña'. Espert depositó grandes esperanzas en el cambio: 'Queríamos que el país avanzase, que se cumpliera aquello que decían de que no lo iba a conocer ni la madre que lo parió. En muchas cosas fue verdad, fue una etapa larga, llena de claridades pero con algunas oscuridades'.
Del teatro procede también el director Gerardo Vera, que esta semana estrena su última película, Deseo. 'Aquel día estaba ensayando una ópera en el Teatro de la Zarzuela', recuerda. La victoria de los socialistas 'supuso el principio del fin de un periodo negro de la historia española, la posibilidad única de profundizar una democracia recién estrenada y, para los creadores, poder actuar en libertad y homologarnos con Europa, donde nos miraban por encima del hombro', asegura.
A su juicio, 'hubo avances en educación, sanidad, emancipación de la mujer, pensiones y asuntos sociales, pero la asignatura pendiente fue un proyecto cultural que cohesionara el arte para combatir la pobreza de una sociedad culturalmente enferma'.
Otro director de cine, Fernando Colomo, esperaba a los socialistas 'con una ilusión tremenda, se vivía aquello con euforia, aunque después, poco a poco, llegó el desencanto'. Colomo imagina que los propios socialistas padecieron la frustración de no poder realizar desde el poder todos sus proyectos. Cree 'que sí cambiaron cosas, pero también hubo errores, como los GAL y la corrupción'. Ahora, 'con la que está cayendo, entran ganas de que vuelvan'.
Vicente Aranda, que rueda Carmen en Andalucía, votó por primera vez el 28-O y escogió la papeleta del PSOE, según informa desde Córdoba María H. Iratí. Ahora, Aranda reflexiona: 'Alguien ha dicho que lo malo de los socialistas es que se han quedado sin programa, porque todas sus aspiraciones se han cumplido'.
Cristóbal Halffter, compositor y director musical, tiene nítida la memoria de aquella fecha. 'Ese día estrenaba con la Orquesta Nacional de España, en el Teatro Real, mi obra Tiento para orquesta'. Halffter no quiere entrar en cuestiones políticas. Lo que pide a los partidos es que le 'dejen en paz'. Pero se pronuncia sobre las personas: 'En el PSOE había algunas que me merecían confianza. Muchas me decepcionaron. Otras, desconocidas para mí, me sorprendieron positivamente'. Pero en general no guarda 'buen recuerdo' de aquellos años.
El cantante Víctor Manuel no votó al PSOE, pero asegura ahora que 'aquel impulso fue fantástico; se pasaba una página y me gustó que ganasen, participé de la euforia'. En particular, 'los primeros años fueron fantásticos, hubo regeneración, cambio, aunque todo acabó como el rosario de la aurora y en frentes dolorosos'. Pero pese a todo, considera que, 'aunque se equivocaran, eran de los nuestros'.
Antonio Muñoz Molina rememora desde Nueva York: 'Estaba en Granada preparando mis oposiciones. Voté al PSOE con toda convicción, a diferencia de muchos de mis amigos que en los años siguientes mostraban una gran claridad retrospectiva y aseguraban que nunca se dejaron engañar por las promesas socialistas'.
El escritor andaluz esperaba 'una modernización saludable del Estado', que se pusiera a la Iglesia en su sitio, una profesionalización de la Administración pública y la recuperación 'del espíritu de los proyectos educativos socialistas de los años veinte y treinta'. Sufrió decepciones. 'La educación cayó en manos de los pedagogos y la Administración se convirtió en un vivero de enchufados, como pude experimentar de primera mano. Puede que en Andalucía fuera más grave'.
Su esposa, Elvira Lindo, trabajaba hace 20 años para la radio, aunque no en informativos. 'Aquella noche estaba en la calle, enfrente del Palace, cuando salió Felipe González a saludar. Se me contagió la ilusión, aunque yo no había votado al PSOE sino al PCE'. ¿Un balance? 'Esperaba más de los socialistas. Me indignó, sobre todo, la lejanía y la arrogancia con que algunos yuppies miraron a la clase obrera'.
La escritora, que acaba de publicar Algo más importante que la muerte, no ha olvidado 'a algún socialista con un carguillo en la Administración mirarme de arriba a abajo porque yo vivía en Moratalaz y no entendía de vinos'. Pero lo peor fue que los socialistas 'se distanciaron de una parte de sus votantes, de la base social, y se identificaron con cierto señoritismo nuevo rico emergente'. No es rencorosa. 'Deseo', dice, 'que hayan aprendido la lección'.
Javier Marías también estuvo en el lugar adecuado en el momento oportuno. 'Salí a dar una vuelta con los amigos. Todo me parecía muy bien, se despertaban dignas esperanzas, pero yo no me hacía muchas ilusiones. Siempre he sido escéptico'.
Recuerda que 'la gente andaba con banderas'. Marías nunca ha sido 'de mucha bandera, ni siquiera de la del Real Madrid, que es mi equipo'. Ahora procura 'no pasear' por la plaza de Colón, donde ondea una enseña española de grandísimo tamaño. Respecto al PSOE, 'resultó más una política de semiderecha que de semiizquierda, aunque quedan cosas buenas'. ¿Y malas? 'También, sobre todo que aquel Gobierno trajera el que tenemos hoy'.
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