El experimento más bello de la física
Tanto si se trata de bombardear partículas subatómicas en aceleradores como de secuenciar el genoma o de analizar el temblor de una lejana estrella, los experimentos llamativos suelen costar millones de euros y producen torrentes de datos que hay que procesar en superordenadores. Pero, en definitiva, la ciencia se reduce a la lucha de la mente del individuo con algo misterioso.