Centenares de colonos se enfrentan al Ejército israelí
El movimiento colono israelí se ha sublevado. Centenares de colonos, apoyados por militantes de extrema derecha y seguidores de las organizaciones religiosas judías, se encuentran desde hace dos días atrincherados en un asentamiento ilegal al norte de Cisjordania, desde donde hacen frente a las fuerzas del Ejército y la policía israelí que trata de desalojarlos. La rebelión se ha saldado ya con decenas de heridos y de detenidos, pero lo peor es que amenaza con hacer caer el Gobierno de Unidad Nacional que preside Ariel Sharon.
El asentamiento salvaje e ilegal de Havat Gilad, que desde hace un año se levanta a las puertas de la ciudad de Nablús en recuerdo de Gilad Zar, un colono fanático asesinado a tiros el pasado mes de mayo por un grupo de activistas palestinos, se ha convertido en un símbolo. Militantes del movimiento radical colono, capitaneado por las milicias de la colina joven, apoyados, a su vez por los sectores más fanáticos de las organizaciones religiosas y de la extrema derecha, han decidido hacerse fuertes en este enclave, en un intento por hacer fracasar los proyectos del Gobierno que tratan de poner fin a los asentamientos ilegales que en los dos últimos años han ido proliferando en Cisjordania.
La orden de resistir, impartida a los cuatro vientos por rabinos y dirigentes colonos, provocó ayer que centenares de personas, especialmente adolescentes, confluyeran desde diferentes puntos de Israel, en la colina de Havat Gilad. Aunque la Policía y el Ejército lograron a primera hora de la tarde destruir las dos edificaciones que se levantaban en lo alto del montículo, un millar de personas seguían anoche concentradas en la zona, dispuestas a hacer frente a las fuerzas de seguridad.
El ministro israelí de Defensa, Benjamín Ben Eliécer, anunció alarmado que los colonos judíos se hallan en estado de 'rebelión' contra las leyes, y que esto constituye 'un peligro para la existencia de Israel'. El ministro reiteró, sin embargo, su intención de proseguir con la 'batalla' contra los radicales judíos y desalojar no sólo la colina de Havat Gilad, sino además los otros 29 asentamientos levantados en los últimos meses sin autorización oficial.
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