El Ejército de Colombia libra una batalla total en Medellín
200.000 habitantes quedan atrapados en los duros combates
'La operación va a continuar; o se entregan o los sacamos de ahí, vivos o muertos', aseguró ayer el comandante en jefe del Ejército colombiano, general Carlos Alberto Ospina. Este claro ultimátum está destinado a los miembros de las distintas guerrillas y de los paramilitares que se disputan a tiros desde hace meses el control de la Comuna 13 de Medellín, segunda ciudad del país. 'Es una lucha absurda y perdida', agregó el oficial.
El Gobierno de Álvaro Uribe continuará la Operación Orión hasta el final. Iniciada en la madrugada del miércoles, el operativo pretende reconquistar el territorio en manos de los insurrectos y acabar con uno de los centros del crimen. Ayer llegaron refuerzos a esta zona formada por 20 barrios colgados de la montaña y con más de 200.000 habitantes en su interior.
La prensa sólo puede acceder a la calle en donde se instaló un hospital de campaña para atender a los heridos. Hasta ayer, más de 40, todos por arma de fuego y esquirlas. Los muertos, según cifras oficiales, eran ocho, aunque otras fuentes afirman que son más. El Ejército anunció el decomiso de lanzagranadas, subametralladoras y explosivos y la desactivación de un coche bomba con el que se trató de cortar el paso de las tropas a las zonas altas.
La oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de ONU para Colombia manifestó su preocupación y exigió a los grupos ilegales y al Ejército el respeto a la población civil. Al Gobierno le pide negociar
La población está atrapada en medio de la confrontación, entre ellos 400 ancianos de un asilo. Hombres y mujeres se asoman a las ventanas y piden a gritos que se les saque de ahí. Los que conocen la comuna, la describen como una caja negra, donde los armados esconden secuestrados y coches robados. El miércoles, en medio del operativo, fue liberado un comerciante, retenido hace 15 días.
La lucha entre las milicias unificadas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los comandos populares contra los grupos paramilitares empezó hace un año, pero se agudizó estos días.
Alonso Salazar, gran conocedor de la realidad de las comunas más pobres de Medellín, dijo a EL PAÍS: 'Lo que está ocurriendo es el resultado de 10 años de ausencia de Estado'. Para él, las medidas eran necesarias, pero se pregunta: '¿Por qué no se hizo nada antes? (...) A los militares les toca el plato amargo. En la parte alta de la comuna no hay calles, sino laberintos. Allí el combate es muy difícil y el margen para cometer errores, mínimo'.
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