Juicio a la pena de muerte en Illinois
El gobernador revisa 142 sentencias por estar 'plagadas de errores'
Más de 140 sentencias a muerte comenzaron a ser revisadas ayer en el Estado de Illinois, en una acción sin precedentes en Estados Unidos que puede acabar con la conmutación de todas por el gobernador George Ryan, un raro republicano enemigo de la pena capital que sacudió el sistema penal del país cuando en enero de 2000 impuso una moratoria en Illinois en respuesta a la exoneración de 13 condenados a la inyección letal que habían sido condenados por, en sus palabras, 'un sistema plagado de errores'.
Abogados defensores, fiscales, testigos y familiares abrieron ayer un proceso cargado de tensión, dolor y política con comparecencias ante los 14 hombres y mujeres del Consejo de Revisión de Presos que durante las próximas dos semanas van a escrutar cada una de las 142 peticiones de clemencia presentadas por los 160 condenados a muerte en Illinois que respondieron a la decisión del gobernador de analizar todos los casos.
Si en el proceso emergen condenas a inocentes, George Ryan conmutará todas las ejecuciones
Ryan impuso la moratoria de 2000 tras dar el visto bueno a una ejecución por un crimen que no ofrecía dudas. Pero, aun así, estuvo dudando durante días en vista de lo desastroso del procedimiento en Illinois, donde 13 condenados a morir habían sido exonerados en apelación, y varios de ellos puestos en libertad, desde que en 1977 se reintrodujo la máxima pena en el Estado. En el mismo tiempo, otros 12 presos fueron ejecutados.
'Hasta que no esté seguro de que todo condenado a pena de muerte en Illinois es culpable sin ninguna duda, nadie tendrá que enfrentarse a ese destino', dijo entonces Ryan. Como un corolario a aquella decisión, el gobernador creó una comisión que recomendara medidas de reformas del sistema penal, y más tarde decidió que se revisara uno por uno cada caso.
La decisión de revisar las sentencias fue aplaudida. Ryan fue más allá al manifestar que si en el actual proceso emergen nuevas condenas de inocentes se sentirá obligado a conmutar todas las sentencias. Aunque la mayoría de los casos no arrojan dudas sobre lo ocurrido, hay varios en los que los condenados insisten en su inocencia, con sentencias dictadas a partir de confesiones arrancadas con torturas o con ayuda de soplones que luego se desdijeron.
Fiscales y familiares han pedido a Ryan que tenga la decencia de suspender las audiencias de estos días 'para ahorrar a las familias el trauma de volver a revivir el horror' si lo que pretende es conmutar todas las penas. Incluso algunos de quienes cuestionan la pena capital critican la aparente intención del gobernador de conmutar todas las penas por estimar que así hace un flaco servicio a los intentos de reforma del sistema de justicia.
La decisión del gobernador de proceder a esta revisión fue criticada por el aspirante republicano a gobernador, Jim Ryan (sin parentesco con George). Este Ryan arremete contra el gobernador en ejercicio ante la sospecha de que la identidad de apellidos confunde a un electorado que forzó al actual Ryan a renunciar a la reelección por su implicación en un escándalo de financiación ilegal.
Jim Ryan tiene, además, poderosas razones para temer al proceso de revisión. Fue fiscal de un caso en el que un hombre, Humberto Cruz, fue absuelto a la tercera apelación por la violación y asesinato en 1983, junto a dos cómplices, de una niña de 10 años. El autor del crimen confesó, pero el fiscal Ryan ocultó los datos a la defensa de los acusados y mantuvo que Cruz y sus amigos eran los asesinos. Sólo pruebas del ADN ayudaron en 1995 a probar la inocencia de los acusados, dos de ellos condenados a la inyección letal. Aunque recuperó la libertad, Cruz necesita el perdón del gobernador para reclamar la indemnización millonaria a que tiene derecho. La vista ante el Consejo de Revisión de Presos, que debe recomendar su perdón, ha sido fijada para el próximo día 31, cinco días antes de la jornada electoral en la que Jim Ryan intenta suceder a George Ryan como gobernador. La actuación y manipulaciones de Jim Ryan en el caso Cruz llevan camino de devolver a los demócratas la victoria en Illinois tras más de 20 años de control republicano.
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