Schröder rompe
El nuevo Gobierno de Gerhard Schröder, cuya composición se conocerá hoy, reflejará no sólo la nueva fuerza de Los Verdes, sino el intento del canciller socialdemócrata de evitar que su país caiga en la enfermedad japonesa de la deflación. Es comprensible que Alemania se aleje, al menos temporalmente, de la ortodoxia del Pacto de Estabilidad, subiendo ligeramente, en 2.500 millones de euros, el déficit previsto para 2003. El esfuerzo ahorrador se mantiene y también el intento de aumentar la recaudación fiscal mediante la supresión de diversas deducciones, lo que es interpretado por la oposición como una subida de impuestos.
Escuchando a unos electores que estuvieron a punto de echarle de la cancillería, Schröder ha dado un giro. No es el único, pues coincide con el presidente francés en una interpretación flexible del Pacto de Estabilidad. Parece lógico que en una fase baja del ciclo Alemania aplace el objetivo del déficit cero, especialmente si aumenta la inversión pública. Es necesario que haya reglas compartidas en la zona euro, pero no tienen por qué ser universales, sino acordes a las necesidades y posibilidades de cada país. Los tipos de interés son bajos, la inflación ronda el 1% y el nivel de la deuda pública se mantiene en límites aceptables. Y rebajar la cifra de cuatro millones de parados es perentorio, si Schröder pretende tener continuidad al frente de la cancillería.
A la espera de la presentación del nuevo Gobierno y del 'contrato de coalición', lo más significativo, junto con el reforzamiento de las competencias de Los Verdes, es la creación de un superministerio de Trabajo y Economía que ocupará Wolfgang Clement, cuya gestión en Renania del Norte-Westfalia se caracterizó por un alto nivel de endeudamiento para luchar contra el paro. Un objetivo central del nuevo Gobierno es flexibilizar el mercado de trabajo.
El artífice de la victoria de la coalición rojiverde, Joschka Fischer, permanece al frente de Exteriores. No obtiene ninguna cartera adicional para los suyos, que conservan Agricultura y Medio Ambiente, aunque aumentan sus competencias. Fischer ha declarado su intención de llevar directamente la política europea y ha anunciado que presentará propuestas de alcance sobre el futuro de la UE. Sin duda, será escuchado.
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