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Tribuna:9 D'OCTUBRE
Tribuna
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Hacia una España federal

La mayoría absoluta a nivel estatal ha permitido al PP sacar su verdadero rostro de una derecha centralista que ha frenado las transferencias de carácter más político a las comunidades autónomas e intenta relanzar presencias y competencias del Gobierno central que en anteriores épocas se habían ido difuminando y compartiendo. Se trata sin duda de una verdadera involución autonómica. Muchas realidades y comportamientos del PP avalan esta aseveración: la proposición no de ley contra la implantación de nuevas figuras tributarias en las comunidades autónomas, las leyes de Estabilidad Presupuestaria, la Ley de Universidades, la propuesta de ley sobre cooperación autonómica, la postura del PP contra la utilización de las lenguas oficiales en los sellos, monedas etcétera, las matrículas de los coches sin distinción alguna de la comunidad o las propias leyes de Presupuestos son buenos ejemplos de esta tendencia. Si a ello le unimos la cerrazón sobre todo lo que signifique aumento competencial en Euskadi utilizando para ello la justificación del terrorismo y el no plegamiento del Gobierno vasco a su política o las últimas comparecencias del ministro de Administraciones Públicas dejando clara su voluntad de poner punto y final al proceso autonómico, tenemos plenamente justificada la definición de involución autonómica de la política del PP.

Tiene razón Rodolfo Martín Villa (EL PAÍS 30/9/02) cuando afirma que 'el cierre del modelo autonómico es imposible'. Para ser exacto es imposible en un defensor de la Constitución vigente y de su espíritu de acuerdo y consenso, pero es perfectamente posible en políticos como José María Aznar, que en su día votó e hizo propaganda en contra de la Constitución y hoy la defiende como si del Corán o la Biblia se tratara. El problema de su política son las consecuencias imprevisibles que de ello se derivan.

Hace 25 años los valencianos nos manifestamos masivamente por nuestra autonomía. Fue la manifestación más multitudinaria de nuestra historia. Hace poco más de 20 años que nuestro Estatuto de Autonomía está vigente. Un Estatuto mucho más alicorto, limitado y de segunda categoría del que queríamos aquel 9 de octubre de 1977. Hoy, 20 años después, necesitamos reformar y mejorar nuestro Estatuto, aunque tenemos la convicción de que esta voluntad choca frontalmente con el PP y que no podrá realizarse sin afrontar seriamente reformas de carácter federalizante a nivel de Estado.

Desde Izquierda Unida y Esquerra Unida estamos convencidos de que los problemas de España y del País Valenciano sólo pueden abordarse avanzando en un proceso federalizante mediante la profundización del Estado de las Autonomías que contemple la reforma constitucional como un proceso abierto en el que se aspire a conciliar la unidad y diversidad en el marco de la doble federalidad española y europea.

¿Qué aspectos debería contemplar dicho proceso de España? A mi modo de ver, los siguientes:

a) La reforma constitucional del Senado. De tal suerte que la Cámara Alta se convierta en una verdadera cámara territorial con capacidad de decisión en aquellas materias en las que las competencias e intereses de la comunidades autónomas se vean afectadas.

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b) La participación de las Comunidades Autónomas en la configuración de los órganos constitucionales e instituciones del Estado que son comunes a todos los ciudadanos españoles (Poder Judicial, Tribunal Constitucional, Tribunal de Cuentas, Consejo Económico y Social, Banco de España, Mercado de Valores, Comisión de Telecomunicaciones, Protección de Datos, Sistema Eléctrico, RTVE...).

c) El desarrollo de una España plural desde el punto de vista lingüístico, cultural y político.

d) El acomodo del poder judicial a la actual naturaleza autonómica del Estado español.

e) La participación de las comunidades en la formación de la voluntad del Estado ante la UE (Consejo de Ministros de la UE y cuando se debatan asuntos que afecten a competencias autonómicas).

f) Financiación autonómica.

g) Acuerdo de Estado para la fijación competencial de las nuevas políticas que han ido apareciendo desde la aprobación de la Constitución en 1978 como consecuencia del desarrollo tecnológico y que no tienen fijación competencial en el texto constitucional y frente a las que hay que llegar a un acuerdo para residenciarlas sin la lectura centralista del PP. Destacan la calidad y seguridad de los alimentos, y de los productos farmacéuticos y sanitarios, la protección frente a enfermedades globales, la salubridad del medio ambiente y las ciencias biomédicas, entre otras.

Estamos en un momento complicado a nivel autonómico. La solución PP de Santiago y cierra España sólo añade presión a la caldera y, a la larga, se va a convertir en un factor de tensión, crispación y disgregación. España es un producto no acabado que debe afrontar los nuevos problemas con voluntad de diálogo y de respeto a su pluralidad. Desde Esquerra Unida afirmamos que hay más salidas políticas que el centralismo o el independentismo. La federalidad, desde el respeto básico a todos los pueblos a decidir su destino es, a nuestro entender, el mejor camino para resolver tanto los problemas cada vez más enloquecidos del País Vasco como las asignaturas pendientes de nuestro País Valenciano.

Joan Ribó Canut es coordinador de Esquerra Unida del País Valencià.

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