_
_
_
_
_

La exposición 'Luz de la mirada' fija las diferencias entre los realistas madrileños

La muestra del Museo Esteban Vicente, de Segovia, muestra obras inéditas de Antonio López

La exposición Luz de la mirada, que se inaugura hoy en el Museo de Arte Contemporáneo de Segovia Esteban Vicente, fija las diferencias entre algunos de los más destacados artistas del realismo madrileño y su evolución en los últimos 50 años. A través de 75 obras, entre cuadros, dibujos y esculturas, Amalia Avia, Carmen Laffón, Antonio López García, los hermanos Francisco y Julio López Hernández, María Moreno, Esperanza Parada e Isabel Quintanilla, demuestran que hay rasgos comunes, pero también diferencias acusadas por una intensidad especial.

Queda patente que la forma de abordar sus obras ha sido totalmente distinta, porque la manera de mirar de todos los artistas presentes en Luz de la mirada es diferente.

En torno al arte figurativo, realista, entendido como uno de los movimientos de vanguardia más importantes del siglo XX, también hay tópicos. A juicio de la directora del museo segoviano, Ana Martínez de Aguilar, 'cuando se habla de realismo parece que existen unas fronteras muy determinadas y que todos los artistas hacen lo mismo, tienen la misma actitud ante las cosas, pero no es así, porque no hay nada que sea igual'.

Los ocho artistas elegidos pertenecen al grupo de realistas madrileños que coincidieron en los años cincuenta con una postura frente al informalismo que imperaba entonces, que iniciaron una trayectoria artística común en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Incluso, algunos se casaron entre sí, como es el caso de Francisco López e Isabel Quintanilla, Antonio López y María Moreno, Julio López y Esperanza Parada o Amalia Avia con el desaparecido Lucio Muñoz.

El montaje de la muestra, abordado por el museógrafo Juan Ariño, es la clave para cuestionar la adecuación del término realismo y ahondar en la mirada que arrojan sobre el mundo algunos de los más importantes pintores y escultores españoles de la segunda mitad del siglo XX, a través de su obra de madurez.

Distinto tratamiento

Seleccionados por temas comunes, en vez de yuxtaponer las obras por autores, se trata de que el espectador pueda comparar el distinto tratamiento que reciben los objetos, los cuerpos o los paisajes. El recorrido se inicia en la zona dedicada a los cuerpos, donde sobresalen esculturas como Hombre de pie, de Antonio López, quien también presenta para la ocasión parte de su obra más reciente, aún en plena producción. Se trata de un conjunto de cabezas y fragmentos que se exhiben por primera vez, para una serie sobre niños, realizadas en cera, escayola y plastilina, de diferentes medidas. Asimismo, se recogen obras de Julio López, como El alcalde o Escaladores en la pared norte.

En la sección destinada a la naturaleza aparecen bodegones, como los de Carmen Laffón, Amalia Avia, María Moreno o Esperanza Parada, quienes se han enfrentado a la naturaleza muerta a través de frutas, flores o armarios. Las almas están representadas en retratos y bustos, con obras como Francesco, de Francisco López Hernández, mientras que en el apartado de lejanías se exponen paisajes, desde panorámicas de mares a perspectivas de la tierra y de las ciudades, que son temas muy comunes a estos artistas.

Esta muestra, que permanecerá abierta hasta el 12 de enero de 2003, se cierra con el apartado de las cosas que se ven de cerca, lo que rodea al ser humano: interiores, puertas, ventanas y calles, como la habitación de costura de Isabel Quintanilla, las fachadas de comercios vistos por Amalia Avia o la Taza de váter y ventana, de Antonio López, junto a relieves de Francisco López Hernández.

La última planta y la capilla gótica del antiguo palacio de Enrique IV, sede del museo, se dedican a parte de la colección permanente de Esteban Vicente con pinturas collages y toys de su origen como paisajista y el paso de la figuración a la abstracción.

Realistas madrileños

El comisario de la exposición y académico de Bellas Artes, Francisco Calvo Serraller, ha explicado que el supuesto realismo que han practicado estos artistas no tiene que ver con ningún academicismo trasnochado, ni con el naturalismo expresionista de la Escuela Española, ni con la variante local emprendida, durante el primer tercio del siglo XX, por José Gutiérrez Solana, ni con las versiones contemporáneas del hiperrealismo. Por todo ello, sostiene, que 'hay que esforzarse por rehuir estos tópicos y adentrarse en el hondo sentido peculiar que proclama la obra de estos ambiguamente denominados realistas madrileños'.

Coincidiendo con la muestra -patrocinada por Iberpistas, Ferrovial-Agroman, la Fundación Dragados y Necso-, el museo organiza un ciclo de conferencias titulado Real, hiperreal y virtual, también dirigido por Calvo Serraller, donde especialistas de diferentes disciplinas aportarán sus visiones sobre cómo se percibe hoy la realidad.

Además de Antonio López García y Julio López Hernández, en representación de los artistas, intervendrán Agustín Sánchez Vidal, Publio López Mondéjar, José Luis Borau, Javier Echeverría, Juan Manuel Sánchez Ron, Manuel Cruz, Alberto Portera y Rafael Chirbes.

Juan Ariño coge la cabeza de un niño que forma parte de un grupo de esculturas de Antonio López hasta ahora inéditas.
PLANO MEDIO - ESCENA
Juan Ariño coge la cabeza de un niño que forma parte de un grupo de esculturas de Antonio López hasta ahora inéditas. PLANO MEDIO - ESCENAA. M.
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_