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Reportaje:

Clases de democracia para los imames

El Gobierno holandés imparte un cursillo de ciudadanía occidental a los líderes religiosos musulmanes

Isabel Ferrer

Siete imames residentes en los Países Bajos siguen desde esta semana un curso oficial de ciudadanía que les permitirá hacerse una idea del sistema legal y los usos sociales holandeses. Las clases son obligatorias para todos los guías religiosos musulmanes llegados a partir del 1 de enero de 2002, y voluntarias para el resto. Hilbrand Nawijn, ministro de Inmigración e Integración, no descarta para el año que viene una ley que niegue el visado a los líderes espirituales que no aprueben este cursillo.

Cerca de 450 imames presiden en estos momentos las oraciones en unas 500 mezquitas repartidas por toda Holanda. Proceden en su mayoría de Turquía y Marruecos, pero también de Pakistán o Somalia; suelen hablar en su propia lengua y desconocen las repercusiones políticas y sociales de la separación entre Iglesia y Estado en una sociedad occidental. Antes de los atentados del 11-S, el Ejecutivo holandés nunca se había planteado supervisar a los guías del islam. Ahora sí. En cuatro mezquitas de Eindhoven, La Haya y Amsterdam, consideradas demasiado radicales en sus enseñanzas, incluso se graban los sermones para traducirlos luego al holandés y repartirlos por el vecindario. Como las autoridades piensan, de todos modos, que el grueso de los fieles musulmanes no suscribe el fundamentalismo religioso, el curso recién estrenado es una forma de asegurarse que las nuevas generaciones cuenten con imames capaces de atender sus necesidades.

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'Las clases están planteadas como una forma de introducirles en una sociedad que rechaza cualquier tipo de discriminación y es multicultural. Un país donde conviven distintos grupos religiosos y el sistema legal excluye ciertas formas de castigo', señalan portavoces de la organización Kontakt der Kontinenten, encargada de organizar el seminario, de 10 días de duración. Los gastos, unos 2.700 euros por persona, los sufraga la administración local.

Los alumnos también deben adquirir nociones de lengua holandesa. Sobre todo porque, según datos de los centros oficiales de estadística, en el año 2015 cerca de un 50% de los habitantes de las cuatro grandes urbes -Amsterdam, Rotterdam, La Haya y Utrecht- procederá de minorías étnicas. De éstos, un 80% será musulmán. 'La comunidad islámica ya había promovido un encuentro entre sus líderes para intercambiar opiniones sobre temas delicados para ellos, como la libertad religiosa y de expresión o bien la emancipación de la mujer. Ahora están deseosos de apuntarse a las nuevas clases', asegura el holandés Yassin Hartog, coordinador del grupo Islam y Ciudadanía y converso desde hace una década.

El grupo más numeroso de imames de Holanda procede de Turquía y son enviados por el ministerio turco de Asuntos religiosos, por un periodo de cuatro años. 'Son religiosos que necesitan orientarse en la nueva sociedad porque en su tierra no ofenderían a los fieles si censuraran, por ejemplo, a los homosexuales, pero aquí sí', dice Hartog.

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