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Los kurdos iraquíes se reconcilian y reúnen su Parlamento por primera vez desde 1996

El Parlamento del Kurdistán iraquí selló ayer la reconciliación entre las dos facciones que se disputaban este territorio al ratificar el acuerdo de paz firmado en 1998 por sus dirigentes en Washington. El paso es fruto de la presión estadounidense sobre el Partido Demócrata del Kurdistán (PDK) y la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) para que entierren sus diferencias y establezcan sus credenciales democráticas ante un eventual ataque contra Sadam Husein.

El mes pasado las facciones se pusieron de acuerdo en un borrador de Constitución en el que se establece la estructura de una administración regional y se plantea como capital Kirkuk, una ciudad petrolera kurda que sigue en manos del Gobierno central.

Los 105 miembros de la Cámara (51 del PDK, 49 de la UPK y 5 cristianos asirios) fueron elegidos en 1992, cuando, tras la guerra del Golfo, PDK y UPK formaron un Gobierno regional en el norte de Irak. Aunque la comunidad internacional nunca lo reconoció, el establecimiento por EE UU de una zona de exclusión aérea al norte del paralelo 36 ha permitido su virtual autonomía respecto a Bagdad. Sin embargo, las diferencias políticas entre los dos partidos se transformaron en enfrentamiento abierto en 1994 y el conflicto se regionalizó con el envío de tropas por parte de los vecinos Irán y Turquía.

Ni Teherán ni Damasco esconden su temor a que los kurdos iraquíes logren un verdadero autogobierno, que esto sea el primer paso para la fragmentación de Irak y puedan servir de ejemplo a sus propias minorías kurdas. De hecho, tanto Irán como Turquía y Siria, que también tiene población kurda, han declinado sendas invitaciones para asistir como observadores a la inauguración del Parlamento, que se reunía por primera vez desde 1996. Quien sí estuvo presente fue Danielle Mitterrand, viuda del ex presidente francés François Miterrand y gran defensora de la causa kurda.

Por su parte, EE UU considera la reapertura del Parlamento como un ensayo sobre las posibilidades de éxito de un régimen democrático en un Irak sin Husein. El presidente de la Cámara, Rozh Nuri Shawis, leyó un mensaje del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en apoyo de la reconciliación entre la UPK y el PDK. Powell definió el Irak del futuro como un país 'unido, plural y democrático; con su integridad territorial intacta y con un Gobierno que respete la ley'.

'Los kurdos no amenazarán la seguridad y la estabilidad de sus vecinos, y estamos dispuestos a darles garantías', quiso tranquilizar Masud Barzani, el líder del PDK, tras agradecer a los Gobiernos estadounidense, británico y turco la protección que facilitan al enclave. Washington y Londres imponen la exclusión aérea desde la base turca de Incirlik, al sur del país, pero Ankara teme que los kurdos de esa región intenten una secesión si Estados Unidos derriba al régimen de Bagdad y ha amenazado con recurrir a la fuerza en ese caso.

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PDK y UPK saben que constituyen el principal grupo de oposición iraquí sobre el terreno. Con una fuerza conjunta de 30.000 hombres armados y control de tres de las 18 provincias iraquíes, consideran que se hallan en una buena posición para influir en el futuro del país. Sin embargo, la poblacion kurda se muestra escéptica sobre la capacidad de sus líderes para trabajar juntos y temen convertirse de nuevo en objetivo de la venganza de Husein, que ya en 1988 les bombardeó con armas químicas.

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