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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Desbloqueo a medias

La Unión Europea cerró el lunes pasado el conflicto que bloqueaba la aprobación del VI Programa Marco de Investigación, en vigor durante cuatro años a partir del próximo enero. Aunque los recursos destinados a dicho programa, unos 17.500 millones de euros, suponen una parte pequeña del presupuesto total dedicado a I+D en los países de la UE, juegan un papel central en la política común de investigación: impulsan líneas de trabajo consideradas prioritarias, ayudan a las autoridades nacionales a diseñar sus propios planes en concordancia con los europeos, crean redes de excelencia y permiten coordinar actividades de ciencia y tecnología muchas veces dispersas o redundantes. El acuerdo alcanzado supondrá un alivio a muchos investigadores preocupados por la demora en su aprobación.

La causa del bloqueo ha sido el debate sobre la financiación de investigaciones con células madre embrionarias. El Parlamento Europeo se ha pronunciado a favor de este tipo de investigaciones y de su financiación dentro del programa marco, pero la mayoría del Consejo de la UE, gracias a la beligerante actitud de los países más conservadores, entre ellos España, ha dado marcha atrás. La solución encontrada es la moratoria de un año en la financiación de proyectos que incluyan el uso de células madre embrionarias, permitiendo, al mismo tiempo, que continúen los trabajos ya iniciados con células extraídas ya de embriones de unos pocos días y disponibles en algunos laboratorios europeos.

El acuerdo alcanzado en este punto no resuelve los problemas, simplemente, los pospone. Si la investigación con células madre embrionarias no es posible, nunca llegaremos a saber si algún día serán la potente herramienta médica con la que curar un conjunto de enfermedades hoy incurables. Suecia y el Reino Unido permiten la investigación con este tipo de células, mientras que en otros países europeos está prohibida o sujeta a normativas confusas. Por otra parte, seguirá aumentando la presión de los sectores más conservadores, influidos por la Iglesia, que se niegan a utilizar los preembriones desechados en los tratamientos de fecundación asistida para la investigación, al tiempo que se seguirá oyendo la voz mayoritaria de científicos y pacientes que piden un cambio de actitud y que se autorice estos trabajos en condiciones de riguroso control. Dentro de un año, o quizá antes, deberá revisarse la decisión que ha permitido ahora el desbloqueo del programa marco. Mientras tanto, el debate continuará.

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