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Pilladas en los balances y en los tribunales

Las operadoras esperan recuperar los 16.000 millones de dólares de las pujas

La liberación de 16.000 millones de dólares es lo que esperan y necesitan con urgencia la telefónicas norteamericanas que pujaron hace casi dos años por licencias con que ampliar cobertura y mejorar sus servicios de telefonía móvil. Aquella subasta, organizada por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), está pendiente de los tribunales, y los que en un principio se beneficiaron del reparto ni han podido acceder a las licencias ni han podido descargar de sus balances los gravosos compromisos.

La FCC subastó en 2001 el espectro anteriormente concedido a la compañía NextWave, que había suspendido pagos sin liquidar los 4.700 millones de dólares debidos. En la nueva puja de esas licencias, la Comisión Federal de Comunicaciones obtuvo 16.000 millones, antes de que NextWave ganara en los tribunales el derecho a conservar las licencias confiscadas. El conflicto está pendiente del Supremo y los beneficiarios de la segunda subasta siguen lastrados por los 16.000 millones de potenciales obligaciones. La FCC está considerando la posibilidad de liberarlos del compromiso, además de terminar de devolverles los adelantos entregados.

El alivio financiero no puede llegar en mejor momento para el sector, debilitado por la caída de la Bolsa, un endeudamiento que llega casi a los 100.000 millones de dólares y feroces guerras de precios. Prueba del cambio de panorama es que las licencias por las que no hace aún dos años se ofrecieron 16.000 millones, hoy no levantarían la mitad.

Por detrás de Europa

La telefonía móvil no está tan desarrollada ni tiene tanta penetración en EE UU como en Europa o en los países industrializados de Asia: alrededor de la mitad de los norteamericanos usan celulares, cifra que subirá hasta el 70% en 2006. Sin haber resuelto la frustración del consumidor (el 4% de las llamadas se pierde, en parte por la incompatibilidad de los diferentes sistemas), las telefónicas tienen aún capacidad de crecimiento.

Además de la agresividad en las tarifas, las diversas compañías están adoptando un sistema de nueva generación no tan gravoso como el 3G a que aspiran las europeas. El llamado 2,5G parte de la infraestructura ya existente y ofrece la transmisión de datos, escrutinio de Internet y otros servicios que las telefónicas esperan desarrollar con más comodidad sin la carga de los 16.000 millones de dólares comprometidos ante la FCC.

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