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El Ayuntamiento de Atzeneta del Maestrat se enfrenta al Consell y dimite en pleno

El favoritismo hacia Vall d'Alba causa indignación en las comarcas del interior de Castellón

María Fabra

Todos y cada uno de los concejales que conformaban el Ayuntamiento de Atzeneta del Maestrat, seis del PP y tres del PSPV, dimitieron ayer, ante la falta de respuesta de la Consejería de Educación sobre la reclamación del consistorio, respaldada por la Asociación de Padres de Alumnos, para que los niños puedan cursar el primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en ese municipio de 1.400 habitantes. Después de muchos rumores sobre si la dimisión del alcalde, Miguel Ángel Carrillo, del PP, iba a ser un caso aislado, finalmente los nueve concejales manifestaron, en el pleno celebrado ayer, su decisión de abandonar la corporación, tal como habían decidido en otro pleno, celebrado el pasado día 9, cuando se aprobó esta medida en el caso de que el problema persistiera.

Los niños de Atzeneta no han iniciado el curso. Ni los 21 alumnos de ESO ni, por solidaridad, los 121 de primaria matriculados en el colegio público de la localidad. Así lo decidió la asociación de padres y así se ha cumplido hasta ahora, con la única reivindicación de que el primer ciclo de ESO sea impartido en el municipio, tal como se hacía hasta ahora, y al igual que se ha mantenido en municipios como Catí o Villahermosa. La protesta por la adscripción de los alumnos de Secundaria al instituto de Vall d'Alba ha unido a todo el pueblo y ha superado las diferencias de siglas políticas. Como recordó el alcalde: 'Ha sido el pueblo el que nos ha puesto aquí'.

La corporación hizo suya la exigencia y plantó cara al Consell. Ayer la llevó hasta el punto máximo al dimitir en bloque toda la corporación.

El término de Atzeneta, en la comarca de L'Alcalatén, una de las zonas del interior valenciano con mayores contrastes, está plagado de carteles y pancartas en las que han plasmado su reivindicación. El salón de plenos ya estaba ayer abarrotado minutos antes de que se iniciara la sesión, en la que intervinieron todos los concejales de la corporación, tanto populares como socialistas. La mayoría de ellos, únicamente lo hicieron para hacer pública su decisión de dimitir. En dos casos, la intervención fue más larga.

El alcalde, Miguel Ángel Carrillo, del PP, solicitó respeto a los concejales y a sus decisiones (ya que hasta ese momento no se había querido dar a conocer la postura de cada uno) y dijo: 'Me han intentado comprar, me han engañado y se me han prometido cosas que no han sido verdad'. 'Pero yo quiero seguir viviendo en el pueblo', añadió. 'No me falta experiencia política, eso le falta a quien quiere medrar'. El alcalde añadió: 'Hemos puesto una pica en Flandes e iniciado una lucha contra Goliat y el tiempo pondrá a cada uno en su lugar y nos dará la razón'.

El resto de los concejales presentó su dimisión, que fue aplaudida por el público, y una de las concejales del PP, Sagrario Jiménez, quiso intervenir para aclarar que en ningún momento tuvo la intención, ni ella ni los otros ediles del PP, de mantenerse en la corporación, como se había comentado. Así, señaló que en la reunión con el presidente del PP provincial, Carlos Fabra, únicamente se determinó que no dejarían su puesto si se iniciaba el diálogo con la Administración autonómica, hecho que no se ha producido.

Tras la dimisión de la corporación, se celebró una reunión de los padres de alumnos, en la que se optó por mantener las medidas de fuerza, que incluyen cortes de la carretera que discurre por la localidad. El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, aseguró en Valencia, donde asiste al congreso del PP, que se constituirá una gestora para hacerse cargo del Ayuntamiento. Fabra prometió diálogo y dijo que nunca negociará 'desde la radicalidad y la imposición'.

El de Atzeneta no es un caso aislado. La adscripción masiva de alumnos al recién inaugurado instituto de Vall d'Alba, localidad de 1.900 habitantes, ha provocado protestas en muchos municipios del interior de Castellón. En el fondo, todos piensan que se ha 'premiado' al pueblo del vicepresidente de la Diputación, Francisco Martínez, alcalde de una localidad a la que han de ir a estudiar niños de casi una decena de municipios separados por una complicada orografía y con temperaturas muy bajas durante el invierno. Así, por ejemplo, en Les Coves de Vinromà, los niños van al instituto de Vall d'Alba o al de Sant Mateu, según la ideología de sus padres, pese a que ambos municipios están gobernados por el PP. El caso de la ESO ha sido la gota que ha colmado el vaso de los habitantes de unas comarcas que han visto cómo llegaban a Vall d'Alba inversiones millonarias que han culminado con la construcción, incluso, de una plaza de toros. Hace sólo una semana la ciudad de Castellón fue escenario de una manifestación de vecinos de la comarca de Els Ports, apoyada por concejales socialistas y populares, aunque estos últimos no acudieron a la protesta, contra el abandono de sus carreteras y servicios.

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