Los detenidos por el destrozo de la Cibeles son universitarios que carecían de antecedentes

Estudiantes de Empresariales y Derecho, sin antecedentes policiales ni penales, que estaban de marcha la madrugada del pasado sábado. Éstas son las características de los detenidos por agentes de la comisaría de Centro, acusados de haber roto y sustraído la mano izquierda de la Cibeles. La policía arrestó ayer a otros dos implicados y dejó en libertad a Álvaro C., de 19 años. Éste comentó a EL PAÍS que sólo estaban de marcha y que 'en ningún momento' pretendían dañar la famosa estatua. Los acusados de un delito contra el Patrimonio Histórico pasarán hoy a disposición judicial.

El padre del supuesto autor material de la rotura (J. L., de 22 años), que no quiso identificarse, señaló que su hijo 'nunca se ha metido en problemas' y que el incidente del pasado sábado 'fue una chiquillada que se les fue de las manos'. 'Desde luego, tienen que pagar un castigo por el daño que han hecho, pero hasta ahora algunos medios de comunicación y la opinión pública les está tratando como si fueran de ETA, y eso me parece exagerado', explicó el progenitor.

Su hijo es 'un muchacho sano, amante del deporte', que en la actualidad practica el pádel. 'Siempre ha hecho mucho deporte, como fútbol, baloncesto o tenis. Es un buen estudiante que aprueba todos los cursos de la carrera entre julio y septiembre. Desde luego, nada del criminal, como se han empeñado en pintarle algunos', concluyó el padre.

Los jóvenes detenidos tienen todos 22 años, salvo Álvaro C., que tiene 19. Se conocen desde hace tiempo, ya que casi todos ellos cursan Empresariales en el CEU. Según fuentes próximas al caso, son hijos de familias con un nivel económico alto, cuyos padres son arquitectos y notarios, entre otras profesiones liberales. Viven en La Moraleja y en el barrio del Pilar.

'No somos unos vándalos'

Álvaro C. fue puesto en libertad con cargos la noche del jueves, según explicó su letrado. En conversación con este periódico, relató que la madrugada del pasado sábado salió con los amigos de su hermano José. 'No celebrábamos una despedida de soltero, como han dicho por ahí. Estábamos en La Botellita [un bar situado en la confluencia de Juan Bravo y Serrano], cuando decidimos ir a la Cibeles. Yo no me metí en la fuente, pero otro decidió subir hasta la cabeza de la estatua. Empezó a trepar y, de repente, se rompió la mano. Fue un accidente. No somos ni unos gamberros ni unos vándalos, sino que uno de nosotros rompió la mano involuntariamente', explicó.

'Enseguida nos bajamos y nos montamos en los coches. A mí me llevaron de nuevo a la calle de Juan Bravo porque tenía mi coche aparcado allí y me quería ir a casa. Lo que pasó después no lo sé porque yo ya no estaba', añadió. 'Tampoco es cierto que seamos hijos de gente adinerada', concluyó.

Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía señaló ayer que los agentes de la comisaría de Centro intentan recuperar la mano rota de la Cibeles. Las pesquisas se centran ahora en un contenedor de basuras reciclables de una comunidad de vecinos que estaba el pasado domingo ante el número 32 de la calle de Calero Pita, en el barrio de Entrevías (Puente de Vallecas). El lunes acudieron a la zona agentes de la Policía Municipal, pero no hallaron nada. Al ser recogido por los empleados de la limpieza y ser trasladado su contenido a la planta de tratamiento de residuos, resultará bastante difícil recuperar la mano amputada.

Fuentes judiciales negaron que el testigo que informó a la policía de la agresión a la Cibeles el pasado lunes fuera uno de los jóvenes detenidos, como señalaron el jueves a este periódico otras fuentes.