Teorema de la naturaleza

A sus recién cumplidos 20 años, Kasia Zaremba ofrece la imagen de cualquier estudiante universitaria de su edad. Y, de hecho, ella asegura sentirse 'una más' entre los miles de estudiantes que, como ella, estudian en la Universidad de Varsovia, en Polonia. Quizá lo único que diferencia a Kasia del resto de sus compañeros es que ella obtuvo hace unos meses el premio especial del Concurso para Jóvenes Científicos de la Unión Europea por su aportación al estudio de las relaciones entre los depredadores y las presas, que posteriormente fue aplicado en el Parque Nacional de Bialowieza, una basta extensión boscosa situada en el nordeste de Polonia y una de las reservas naturales más antiguas de toda Europa. Como premio: una estancia de 10 días en el Parque Natural de Doñana.

Con tan sólo 19 años, a Kasia se le ocurrió conjugar en un trabajo de investigación dos de sus pasiones: las matemáticas y la vida animal. Para ello, esta estudiante de Matemáticas y Biología, creó un modelo de análisis computerizado de las relaciones existentes entre depredadores como el lobo o el lince y sus presas, escogiendo al ciervo y al corzo, entre otras. A partir del programa que ella había creado, Kasia simuló por ordenador las interacciones que depredadores y presas mantienen en su entorno natural siguiendo una serie de variables como las condiciones meteorológicas, la migración de los depredadores, los cambios en la superficie forestal y las actividades humanas.

'Pregunté a mi profesora porque quería hacer un modelo sobre animales y ella me mostró muchas publicaciones. Entonces pensé en utilizar toda la información escrita que había sobre estos grandes mamíferos para ver si todo lo que se describía con palabras en los libros podía también describirse de forma matemática', explicaba ayer Kasia Zaremba en las dependencias de la Estación Biológica de Doñana en Sevilla.

Tras aplicar este modelo en los bosques de Bialowieza, a Kasia le corroían las ganas de visitar Doñana, parque del que sabía que es uno de los últimos enclaves naturales donde el lince aún campa a sus anchas.

'La estancia en Doñana ha sido espléndida. He estado 10 días en la reserva trabajando con los biólogos y los científicos en proyectos relacionados con las tortugas, los conejos, los ciervos e incluso anillando aves', relata Kasia, para quien lo mejor ha sido poder participar en el programa de alimentación del lince que se desarrolla en el Parque Natural de Doñana.

Pero no todo ha sido trabajo en los 10 días que Kasia Zaremba ha permanecido en Doñana. Y, como prueba, el ojo morado que ayer lucía fruto de un encontronazo mientras jugaba a baloncesto. 'Me he quedado muy satisfecha. Ha sido una experiencia magnífica. Y no sólo por poder compartir con el grupo de científicos de Doñana el trabajo de campo, sino también la convivencia con ellos durante estos días', explicaba Kasia, quien mañana acaba su estancia en Andalucía. 'Me encantaría repetir y a lo mejor me pienso el volver como voluntaria a Doñana uno de estos veranos'.