Rivera Ordóñez desafía la maldición
La bautizaron como la corrida del morbo. Francisco Rivera Ordóñez quiso ayer honrar la memoria de su padre, Paquirri, y lo hizo de la manera más sonora posible. Un 26 de septiembre, en la plaza de toros de Pozoblanco (Córdoba) y con toros de la ganadería de Sayalero y Bandrés, la misma de la que procedía el toro Avispado, que acabó con la vida de Paquirri hace 18 años. En el cartel de ayer también hizo el paseíllo Manuel Benítez El Cordobés, que, cuando apenas era una promesa, tuvo el honor de que su ídolo le brindara el último toro que mató.