El israelí Karavan llena el IVAM de cactos y naranjos por la tolerancia
Un jardín de 72 naranjos se extiende entre la explanada exterior y las salas del interior del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), donde cohabitan también dos olivos, 12 cactos y decenas de peces en la exposición Pardes (naranjal, en hebreo), inaugurada ayer por Dani Karavan. El artista israelí (Tel Aviv, 1930) emplea elementos de la naturaleza con una fuerte carga simbólica en la cultura judía pero que remiten también a otras culturas como la árabe y la mediterránea en general, en un canto a la tolerancia y la paz.
Un gran poema escrito en el siglo XI por el malagueño Ibn Gabiril, en hebreo y árabe, enmarca las salas centrales de esta primera exposición que un museo español le dedica a Karavan, especializado en las intervenciones en espacios públicos. Suyo es el monumento en homenaje a Walter Benjamin instalado en Port Bou.
Participante de la Bienal de Venecia en 1975 y la Documenta de Kassel de 1976, lo que propició su proyección internacional, el artista señaló que probablemente se deja sentir en su obra el conflicto palestino-israelí, si bien apuntó que siempre ha defendido la tolerancia y los derechos de ambos pueblos. Un olivo invertido, suspendido en el aire, simboliza la ruptura con la naturaleza que supuso arrancar numerosos árboles para un nuevo asentamiento israelí en territorio palestino, explicó Karaván en este sentido.
El comisario de la muestra, Josep Salvador, subrayó la importancia de la lectura simbólica de la mezcla de diferentes culturas, así como los elementos que remiten a la destrucción de las ciudades como Kosovo o Gernika. El director del IVAM, Kosme de Barañano, calificó a Karavan de 'escultor político', y destacó su propósito de 'construir una imagen de tolerancia y respeto', combinando materiales en estado natural como arena, madera y árboles con acero y pinturas al fresco'.
La exposición, que se clausura el 24 de noviembre, exhibe, a través de fotografías y vídeos, trabajos anteriores del artista y, en la última sala, incluye dos esculturas de Julio González Señor-cactus y Señora-cactus. Karavan resaltó la edición del completo catálogo que acompaña la muestra.
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