Los comediantes de calle ocupan la Rambla de Santa Mònica

La Mercè está en la calle. En teatro, con Barcelona Arts de Carrer, ofrece una interesante concentración de compañías (más de 50 en la presente edición) dedicadas a los diversos tipos de teatro concebido para ser representado al aire libre. Están, por un lado, las compañías que preparan grandes instalaciones o cuentan con máquinas de gran formato. Y están los artistas solitarios, o casi, que utilizan sus talentos acrobáticos, malabares o simplemente cómicos para captar la atención de un público casual. Esto es justo lo que propone Barcelona Arts de Carrer en su apartado de Artistes de Barret.

En la Rambla de Santa Mònica es donde se celebró el sábado y el domingo el concurso de Artistes de Barret con la participación de una veintena de compañías de todo el mundo. Hubo espectáculos simpáticos (El Chef), los hubo entrañables (Teatro Pachuco), los hubo chapuceros (Circo Leloop), los hubo musicales (L'homo tonneau), los hubo peligrosos (Pyromancer) y los hubo, también, sencillamente malos (Métal Vivant). El común denominador es que son artistas que, acostumbrados a ganarse los garbanzos pasando la gorra, saben dialogar con el público con una encantadora desfachatez. La lástima es que la Mercè acumule en tan pocos días tantas propuestas. Presentados así, los Artistes de barret casi acaban pasando desapercibidos para el gran público.