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Reportaje:

Arruinados por una bacteria

El pueblo de Graena espera en vilo la reapertura del balneario cerrado a causa de la legionela

Las decenas de casas, pensiones, hostales, tiendas y demás servicios que a lo largo de más de 130 años se han ido levantando alrededor del Balneario de Graena (Granada) tienen hoy la desoladora imagen de un pueblo fantasma. Calles vacías, establecimientos cerrados hasta con candados en la puerta y silencio. Ha bastado una bacteria para alterar por completo la vida de un pueblo: la legionela. Los vecinos esperan estos días que los análisis realizados el pasado 9 de septiembre den negativo y el balnerario pueda reabrir esta misma semana.

La Consejería de Salud cerró temporalmente el balneario, en torno al que gira casi toda la actividad económica del pueblo, el pasado 23 de agosto, tras comprobar la presencia de legionela en las instalaciones después de que se detectase el caso de un hombre que el mes anterior había estado en los baños y que tuvo que ser hospitalizado en Madrid por una neumonía.

Una segunda prueba confirmó la existencia de legionela, por lo que el cierre se mantiene. Sin embargo, gran parte de los vecinos de Cortes y Graena, incluido su alcalde, Antonio Sánchez Navarro (PP), sostiene que el cierre es una 'maniobra política o interesada' para perjudicar a la comarca. Tras una visita al pueblo, hace unas semanas, del presidente del PP granadino, Juan de Dios Martínez Soriano, el partido ha decidido pedir que Cortes y Graena sea declarado zona catastrófica.

La preocupación de los vecinos se funda en el hecho de que no hay otro motor económico en la comarca aparte del balneario. Las pensiones, hostales, pequeños hoteles, bares y restaurantes que hay en el pueblo son la muestra de la importancia que tienen las aguas termales de Graena, un municipio al que acuden miles de personas cada año desde toda España para pasar unas vacaciones terapéuticas.

'Yo estoy perdiendo 1.500 euros diarios', explica Antonio Amezcua, dueño de uno de los hostales y vicepresidente de los empresarios. El alcalde calcula que, si la clausura se mantiene, las pérdidas podrían ascender a los 100.000 euros. Por el momento más de una treintena de personas han perdido su empleo directamente por el cierre.

Ahora Graena espera con impaciencia los resultados del último análisis. Sin embargo, ya todos se saben afectados por la bacteria de la legionela.

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Una empleada limpia los baños del balneario de Cortes y  Graena.
Una empleada limpia los baños del balneario de Cortes y Graena.JUAN BARRIO

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