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Reportaje:

Las gasolineras pierden octanos

La caída de la rentabilidad de las estaciones de servicio frena las nuevas construcciones

La prohibición de aumentar el número de gasolineras a las compañías que poseen entre un 15% y un 30% del mercado ha contribuido al descenso de nuevas construcciones. También ha ayudado a esa tendencia la caída de la rentabilidad de las estaciones, causada, en parte, por la creciente competencia. Como contrapartida, los empresarios han introducido nuevos servicios.

España y Portugal son los dos únicos países europeos en los que todavía se registra un aumento del número de estaciones de servicio

La Ley 34/92 de Ordenación del Sector Petrolero puso fin al monopolio de Campsa y dio paso a la apertura de mercado. Desde entonces, y con el propósito de aumentar la competencia, se han ido aprobando varias normas, entre las que destaca la supresión de distancias mínimas entre gasolineras. Lo cierto es que el extinto monopolio ha dejado paso a un oligopolio de tres compañías, Repsol, Cepsa y BP, que controlan la casi totalidad del mercado por número de gasolineras y por volumen de distribución de carburante.

En cierto modo, para acallar las voces que señalan la falta real de competencia, el Ejecutivo aprobó hace dos años una resolución que prohíbe aumentar el número de estaciones, durante un período de cinco años, a las operadoras al por mayor cuya red de distribución tenga un porcentaje de instalaciones superior al 30% del total nacional y durante tres años a las operadoras con un porcentaje entre el 15% y el 30%. Tanto Repsol, con un 43% de cuota, como Cepsa, con un 20%, cumplen con los dos supuestos, por lo que han tenido que paralizar la construcción de nuevas estaciones.

Toma y daca

Esto no es óbice para que las petroleras cierren estaciones de servicio poco rentables y den de alta o compren otras mejor ubicadas, con una mayor demanda. La limitación sólo contempla el número de puntos de venta, no la cantidad de litros vendidos, por lo que apenas se resiente su cuota de mercado.

A principios de los años noventa, cuando las petroleras pudieron entrar en el mercado, el ritmo de construcción de estaciones de servicio era de 300 por año, según datos de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP). Esta cifra dista mucho de la actual, ya que, a partir de 1998, la media de estaciones nuevas descendió a 164 por año.

El mercado de carburantes en España está copado en un 70% por Repsol, que posee 3.704 gasolineras con las marcas Repsol,Campsa y Petronor; Cepsa, con 1.700, y BP, con 585. El resto de las estaciones de servicio, de las 8.451 existentes, se las reparten entre las libres de marca blanca, las abanderadas de las operadoras Shell, TotalFinaElf, Petrogal, Saras Energía (Jet), Agip España, Esso Española, Oilinvest España (Tamoil), ERG Petróleos y Kuwait Petroleum(Q8), las independientes Meroil, Petrocat, Petróleos Avanti, Avia Esergui y Texaco, que sólo opera en Canarias. Todas las compañías mencionadas, menos las cinco últimas, pertenecen a AOP.

España y Portugal son los únicos países europeos donde aún se da un crecimiento de la red de estaciones de servicio. En el resto no sólo no construyen más, sino que tienen que cerrar por falta de beneficios. El caso más grave es Francia, donde se han llegado a cerrar cuatro estaciones al día.

Otra de las razones por las que ha disminuido la edificación de nuevas gasolineras es el descenso global de su rentabilidad, lo que se traduce en que los inversores se lo piensen dos veces antes de dar el paso. Asimismo, la competencia de las instalaciones de suministro de carburante de las cooperativas de transporte y agrícolas y las gasolineras de los hipermercados, con una fiscalidad muy inferior a la de las estaciones, provocan que la productividad baje día a día.

Por otro lado, impuestos tan polémicos como el recientemente aprobado, por el que el carburante sube 0,02 céntimos para financiar la Sanidad, dificultan aún más las cosas, tanto al empresario que no quiera repercutirlo en el precio final como al cliente que sufre la carestía del producto.

Juan Prats, presidente de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), afirma que 'entre las causas de este descenso en la creación de nuevas estaciones destaca la ayuda económica que el Gobierno ha proporcionado a cooperativas agrícolas y de transporte y a hipermercados. En más de una ocasión, la confederación ha comunicado que no está en contra de la apertura del mercado, pero sí reivindica un trato igualitario para todos'.

Por otro lado, Mariano Aguayo, abogado especializado en el sector de hidrocarburos, señala que 'el real decreto de medidas de intensificación de la competencia ha supuesto una burla a los pretendidos intereses liberalizadores, ya que las compañías afectadas se han limitado a sustituir estaciones con pocas ventas por instalaciones con un mayor volumen de ingresos. La tasa para financiar la Sanidad tampoco favorece a un sector especialmente castigado por las distintas Administraciones'.

Como contrapartida a esta situación, la red española de gasolineras se ha modernizado y los servicios complementarios han dado un giro espectacular. Paulatinamente se ha pasado de un espacio de escasos metros cuadrados para la venta de lubricantes a tiendas de conveniencia con una amplia gama de productos pensados para satisfacer las necesidades del cliente. Los empresarios han agudizado el ingenio para sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo y han implantado servicios muy diferentes a la expedición de carburantes: hoy es difícil encontrar una gasolinera sin tienda, cafetería o equipo de lavado.

Los objetivos de las petroleras

Saras Energía, compañía que se creó a finales de 2001, fruto de la fusión entre Saroil y Continental Oil, quiere potenciar el negocio de ventas al por mayor de productos petrolíferos y también orientar la red a una colaboración con minoristas independientes. Otro proyecto a corto plazo es incrementar su capacidad logística en el sureste español, invirtiendo en la nueva terminal marítima de carga y descarga de Cartagena. Asimismo, fuentes de Saras Energía afirman que entre sus objetivos está 'evaluar la oportunidad de enajenar la actual red de estaciones de servicio siempre que se obtenga su justo valor de mercado'.

La operadora independiente Esergui Avia está concentrada en distribuir carburante a través del ferrocarril conectado a la terminal que posee en el puerto de Bilbao.

A pesar del descenso de la rentabilidad de las estaciones de servicio, petroleras como Agip, Avanti, ERG Petróleos, Meroil, Petrocat, Saras Energía, Shell, Tamoil y Texaco pretenden construir más gasolineras.

En cambio, la estrategia de Repsol, ante la imposibilidad de abrir más estaciones, tiene como objetivo la mejora del vínculo de su red de gasolineras y el crecimiento en el volumen de negocios diferentes al carburante. Cepsa, que tampoco puede aumentar sus puntos de venta, está volcada en mantener su cuota de mercado. BP dirige sus esfuerzos a consolidar y aumentar la rentabilidad del negocio existente, con especial enfoque en los que están en crecimiento, como son las tiendas.

El adiós de TotalFinaElf

Las nuevas reglas de juego en el negocio de las gasolineras no satisfacen a todos.TotalFinaElf anunció durante el pasado mes de julio que había llegado a un acuerdo con Agip y Galp, mediante el que cedía sus 186 estaciones de servicio de marca Total en España. Ninguna de las dos compañías (Agip y Galp), que se encuentran en proceso de fusión, han hecho público cómo se repartirán las estaciones Total.

TotalFinaElf se desprende de sus puntos de venta y a cambio adquirirá en Italia 195 estaciones de servicio pertenecientes a Agip y en Portugal 111 estaciones de servicio propiedad de Galp. TotalFinaElf seguirá en España desarrollando sus actividades en las ventas directas de carburantes y lubricantes para la industria y la agricultura. Con esta operación, Total eliminaría las trabas del Tribunal de Defensa de la Competencia, en caso de que quisiera aumentar su participación en Cepsa, donde ya posee el 45,3% de las acciones.

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