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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

La Ertzaintza tolera un breve mitin de Batasuna tras disolver su manifestación

Varios miles de personas desobecen al juez Garzón y se enfrentan a menos de 200 policías

La Ertzaintza detuvo ayer a mitad de recorrido la manifestación en favor de Batasuna convocada en Bilbao por unas personas teóricamente independientes y que había sido declarada ilegal por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. La policía vasca cortó la marcha con un cordón humano e inicialmente intentó dispersar a los miles de manifestantes con cargas, lanzamiento de pelotas de goma y agua a presión. Pero después de tres cuartos de hora de enfrentamientos y tensión sin que se atisbara ninguna solución que no fuera una batalla campal, la Ertzaintza negoció con las abogadas de Batasuna, la parlamentaria vasca Jone Goirizelaia y Arantza Zulueta, la disolución de la manifestación después de un breve mitin.

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La cita era a las 17.30 en la plaza de Aita Donostia de la capital vizcaína y su término, en la plaza del Arenal, donde se habían colocado gradas y grandes altavoces para acoger el final de la manifestación, convocada bajo el lema Gora Euskal Herria. El recorrido pasaba por la calle de Autonomía, una de las mayores arterias de la ciudad. Desde el primer momento se sabía que la Ertzaintza esperaba a los manifestantes frente a su comisaría, en la plaza de Zabalburu.

De hecho, Arnaldo Otegi, portavoz de Batasuna, manifestó media hora antes de que empezara la marcha que sabían que no iban a poder pasar de Zabalburu y que antes de llegar allí 'hablarían'. La concentración, la mayor desde la clausura de las sedes del partido y la primera marcha tras la de San Sebastián del domingo pasado, cuyo término también hubo graves disturbios, ha sido una de las más numerosas de los últimos años.

Además de Otegi y Goirizelaia, acudieron a la marcha los promotores del acto, la periodista Amparo Lasheras, el profesor de la Universidad del País Vasco José Ramón Etxebarria y el bertsolari Xabier Amunizar; los principales dirigentes de la hoy ilegalizada Batasuna, como Joseba Permach, Ibon Arbulu, o históricos de Herri Batasuna como Jon Idigoras o Txomin Ziluaga, y uno de los fundadores de ETA, Julen Madariaga.

Tras un kilómetro aproximado de marcha, encabezada con una gran ikurriña y coreada con gritos en favor de la independencia, la policía vasca intervino para impedir que continuara. La manifestación se había ido formando a medida que avanzaba con la gente que esperaba en las aceras de la calle de Autonomía, en una estrategia que hacía imposible su disolución antes de la plaza de Zabalburu. El Departamento vasco de Interior aseguró a la media hora de su inicio que no iba a permitir que continuara y que se había intervenido donde creía 'más oportuno'.

La concentración llenó prácticamente toda la ancha avenida bilbaína, de dos carriles en ambos sentidos. Un centenar de agentes de la Ertzaintza formaron un cordón policial en la confluencia de la calle de Autonomía con la plaza de Zabalburu. A sus espaldas, se situó una tanqueta de agua, provista además de cámara de vídeo. Tras esta primera línea de contención se había fijado un segundo cordón compuesto por unos 20 efectivos. El dispositivo se completaba con ocho furgonetas. El enorme desequilibrio de fuerzas entre policía y manifestantes hacían prácticamente imposible la disolución. Frente a unos 200 policías se enfrentaban miles de partidarios de Batasuna.

Ante la carga de la Ertzaintza, los manifestantes respondieron lanzando piedras y botellas de los contenedores próximos, al tiempo que gritaban consignas como 'Asesinos', 'Independencia' o 'Euskal Herria aurrera' (Euskal Herria, adelante). Los agentes lanzaron pelotas de goma y manguerazos de agua. Hubo varios heridos, aunque Interior aseguró que desconocía tanto su número como la gravedad de las lesiones.

Tras esos momentos de desafío y tensión, los manifestantes se sentaron en el suelo y se resistieron sin moverse, durante tres cuartos de hora. Fue entonces cuando se produjo la negociación de las dos abogadas frente a la comisaría de la policía vasca. Goirizelaia, escudada bajo su acreditación de parlamentaria vasca, que llevaba en la mano, fue la encargada de pactar. Se llegó al acuerdo de trasladar el 'acto político' que debía realizarse en la plaza del Arenal al punto en el que estaba la marcha. Incluso se permitió que entrara una furgoneta con megafonía.

La manifestación se dio por terminada con el mitin. En el corto acto político se cantó tres veces el Eusko gudariak (himno al soldado vasco), se agradeció la asistencia de los presentes y se declaró que los manifestantes luchaban 'por los derechos de Euskal Herria' y en nombre de 'gran parte de la sociedad vasca'. La convocante del acto Amparo Lasheras afirmó al principio de la marcha: 'Ellos tienen los medios, pero este pueblo tiene la voluntad y la fuerza para seguir adelante'.

Para otro de los convocantes, el docente de la UPV José Ramón Etxebarria, que se impidiera la marcha supone 'el fin de la democracia, porque no existen los derechos fundamentales'. Acabado el mitin, la Ertzaintza volvió a cargar contra los manifestantes tras recibir una andanada de piedras y botellas. Los graves disturbios continuaron por las calles de Bilbao y, en especial, por el Casco Viejo.

Al término de la manifestación había tres detenidos, todos ellos acusados de desobediencia a agentes de la autoridad y participación en manifestación ilegal, que han sido puestos a disposición de la Audiencia Nacional. El atestado de la manifestación será trasladado al juez Baltasar Garzón.

Varios <i>ertzainas</i> intentan detener a uno de los participantes en la manifestación de ayer en Bilbao.
Varios ertzainas intentan detener a uno de los participantes en la manifestación de ayer en Bilbao.EFE

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