Las operadoras europeas suman una deuda de 250.000 millones
Las grandes compañías europeas de telecomunicaciones estuvieron dispuestas en 2000 a pagar en conjunto 120.000 millones de euros para entrar en el prometedor mercado de la telefonía móvil UMTS. Dos años después, esta tecnología aún no se ha podido comercializar, pero ha contribuido a que las operadoras arrastren una deuda de 250.000 millones.
France Télécom lidera la clasificación de las más endeudadas (69.700 millones), seguida de Deutsche Telekom (64.200 millones). El anterior presidente de la alemana, Ron Sommer, también dimitió, como en el caso de la rival francesa, por la crisis de la compañía. La deuda del resto de las operadoras no llega a superar los 25.000 millones (ver gráfico).
El UMTS, un sistema que permitirá el acceso rápido a Internet desde el móvil, no ha sido la única razón que ha puesto contra las cuerdas al sector. La euforia por esta tecnología coincidió con un periodo de grandes adquisiciones por parte de las compañías: Orange por France Télécom, Mannesmann por Vodafone, E-Plus por KPN, VoiceStream por Deutsche Telekom.
Depreciaciones
Cuando la burbuja estalló y las cotizaciones cayeron, las compañías empezaron a ver cómo el valor de sus compras se reducía a menos de la mitad. Las depreciaciones se reflejaron en los resultados de 2001.
Las compañías empiezan ahora a cambiar planes y estrategias. Telefónica, afectada sobre todo por su presencia en Argentina, quiere limitar sus pérdidas este ejercicio hasta los 3.600 millones con la venta de inmuebles y participaciones. Además, ha aplazado el desarrollo de sus servicios UMTS en Alemania, donde era socio junto a la finlandesa Sonera.
Telecom Italia ha desaparecido del mapa europeo, a excepción de su país, para reducir su deuda, mientras British Telecom ha renunciado a su plan de expansión con la venta de sus participaciones en el extranjero.
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