En el límite de lo asegurable

El 11-S ha contribuido a poner de manifiesto lo que el sociólogo alemán ha llamado la 'sociedad del riesgo global', en la que los mega-riesgos han cruzado los límites de lo asegurable, ante desastres cuyas indemnizaciones tienen las compañías de seguros enormes dificultades o imposibilidades de asumir.

El atentado de hace un año, la guerra de Afganistán, la crisis bursátil, las quiebras y sus responsabilidades y las últimas inundaciones en Europa han llevado al sector a su año más negro. Las cuentas de resultados de las aseguradoras más grandes caen, y las grandes empresas del sector han perdido un 37% de su valor en Bolsa desde el 11-S.

En sí, el resultado de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York sobre los edificios que formaban el World Trade Center de Nueva York, va a provocar pagos de los siniestros por valor de 70.000 u 80.000 millones de dólares, según Marsh, primera firma mundial en correduría de seguros. Otros, como el Servicio de Estudios del BBVA, reducen esta cifra a entre 30.000 y 60.000 millones de dólares, en todo caso el mayor pago de la historia por un suceso único. Y si no se han producido quiebras importantes en el sector es gracias a la dispersión del riesgo entre compañías de todo el mundo. Pero lo ocurrido ha llevado a un fuerte incremento de las primas y de las franquicias, y a reforzar la tendencia a la exclusión de los efectos del terrorismo de la cobertura de algunos seguros. Las primas se han elevado hasta entre un 80% y 90% en zonas con alta exposición a catástrofes y hasta un 300% en otras especialmente peligrosas. Las aseguradoras han extendido la consideración de zona de alto riesgo a los edificios elevados.

Pero, además, la quiebra de la estadounidense Enron y de otras grandes empresas cuyos directivos han sido acusados de falsear las cuentas ha elevado en un 50% el precio de las pólizas de los seguros que dan cobertura a la responsabilidad que asumen los consejeros y directores de las firmas.