Un gran Heras estrena La Pandera
El salmantino gana la etapa, Sevilla es el nuevo líder, y Beloki y Mancebo continúan cediendo
Paco Mancebo no tiene tiempo ni alma para ponerse melancólico, aunque lo parezca. Acurrucado en la Vito, la mirada perdida, ausente, indiferente al paisaje, a las nubes o a los ruidos. Como siempre que termina una etapa dura, le vaya bien o le vaya mal, gane la Vuelta a Burgos o pierda dos minutos en el Tour, Mancebo llega muerto, exprimido hasta la última gota. Ayer le fue mal, perdió más de minuto y medio con Heras, llegó en el grupo de Casero, él, que es un escalador, lo que no es muy alentador para sus aspiraciones de futuro, y mientras a su alrededor algunos compañeros dicharacheros parecen inmunes a la fatiga, a él, a Mancebo, le cuesta hasta respirar. Una tosecilla de fatiga, seca, dura, le interrumpe a mitad de las frases, que tampoco son muchas y que se resumen en un 'no estoy bien'. Aparcada al lado de la Vito del iBanesto.com está la Boxer del ONCE-Eroski, la furgoneta del otro equipo derrotado, la furgoneta en la que Joseba Beloki, otro al que La Pandera no le fue nada bien, rumia su pena. Beloki ni siquiera tiene cuerpo para hablar. Todo lo más le ha dicho a su director, a Manolo Saiz, que no coge el ritmo, algo así como 'voy a tirones, como un coche sin gasolina, 15 metros bien y 20 mal'. Mal asunto para Mancebo y para Beloki, de los mejores de los españoles en el Tour, mal asunto andar mal en un día como el de ayer, en el que se estrenaba para el ciclismo La Pandera y en el que las cosas siguieron poniéndose serias en la Vuelta.
Vuelta 2002| Sexta etapa
Granada-Sierra de la Pandera, 153,1 km.
ETAPA
1. Roberto Heras (US Postal) 3h 56m 47s
2. Gilberto Simoni (Saeco) a 18s
3. Óscar Sevilla (Kelme) m. t.
4. Iban Mayo (Euskaltel) m. t.
GENERAL
1. Óscar Sevilla (Kelme) 20h 51m 17s
2. Alkexandre Vinokourov (Telekom) a 14s
3. Roberto Heras (US Postal) a 39s
4. Aitor González (Kelme) a 41s
ETAPA DE HOY
Jaén-Málaga, 196,8 kms.
ETAPA DE MAÑANA
Málaga-Ubrique, 173,6 kms.
Beloki y Mancebo fueron las víctimas de un puerto magnífico, perfecto, casi hecho aposta para el ciclismo, y del estado de gracia en el que se encuentra un buen grupo de ciclistas, que son, por orden, Roberto Heras, ganador de la etapa al día siguiente de su desfallecimiento en Sierra Nevada, Óscar Sevilla, que alcanzó el liderato un día en el que sufrió con ganas, Gilberto Simoni, atacante lejano, duro de roer, Aitor González, contrarrelojista, rodador, que se convierte en el líder oculto del Kelme, y Haimar Zubeldia e Iban Mayo, la pareja del Euskaltel que se hace regular en la cabeza. Pero la fulgurante reaparición de Heras, ligero como en el Tour en que guiaba a Armstrong camino de las alturas, o en la Vuelta de 2000, su año irresistible, fue la noticia del día.
Como hasta ayer todas las etapas en línea de la Vuelta 2002 habían tenido ganador italiano, Gilberto Simoni, el escalador italiano, se debió de pensar que esto era el Giro, o así lo dijo. Simoni aceleró demasiado pronto, en los duros repechos que desde Los Villares acercan al mundo hacia La Pandera, y allí se vio, solo delante, con media docena de corredores a sus espaldas y con hueco sobre los favoritos, los que, por lo menos en España, usan el terreno de media montaña para analizarse. 'Pero es que en Italia se corre diferente', dijo el tremendo escalador. 'Allí, cuando se acelera el ritmo, la gente se da relevos en cabeza, no se queda atrás esperando'. Simoni se fue, se dio la paliza del día y aguantó, sin apenas perder tiempo, mientras que atrás la gente esperaba, y Heras pensaba. Pensó y a falta de 10 kilómetros, cuando faltaban un par de ellos para tocar las primeras rampas de La Pandera, actuó a lo Armstrong: su fiel Vandevelde, el gregario más fuerte del US Postal, empezó a acelerar, a marcar un ritmo de desgaste. No eran las cuestas más empinadas, pero empezaron a atragantárseles a los menos fuertes. Igor Galdeano fue el primero en ceder, Beloki aguantó un poco más, y Mancebo y Casero y bastantes más. Cuando se quiso dar cuenta, sólo quedaban Sevilla, Di Luca y el exagerado danés Möller a su rueda. Dos kilómetros más allá se apartó Vandevelde y Heras se puso de pie, inclinado sobre el 15%, rodeado de silencio y desierto. Heras se fue y aquello pareció la tremenda Vuelta de 2000, en la que el Kelme de Heras jugó con todos. Heras delante, Sevilla, atrancado detrás. Y Simoni aguantando con ellos. La Pandera seleccionó al trío que, quizás, se jugará la victoria final de la Vuelta.
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